Por: Gilberto Jiménez Carrillo

 El coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, dio la bienvenida a su bancada a José Ramón Enríquez Herrera, el cual se separó de las filas de Movimiento Ciudadano, para sumarse, al proyecto de nación del presidente Andrés Manuel López Obrador. Esa decisión le ocasionó al Doctor Enríquez una serie de críticas vanas y excesivas emitidas por individuos superficiales que desconocen su fructífera trayectoria política y profesional. Las palabras de Ricardo Monreal al darle la bienvenida fueron de elogio, refiriéndose a él como es un hombre de lucha, un hombre con valores y un hombre con definición política, por esa razón se incorporó al grupo parlamentario de Morena en el Senado de la República.

La pregunta es: Si Movimiento Ciudadano se compone de nueve senadores, ¿La pregunta es por qué se le invitó al Senador duranguense y no a cualquiera de los otros? Ovidio decía: Apresúrate y no lo dejes para otro momento, quien hoy no está dispuesto tampoco lo estará mañana. Esta frase la conoce mejor que nadie el zacatecano Monreal Ávila, que si no se hubiera salido del PRI jamás hubiera llegado tan lejos y así como el, en los últimos 20 años, actores destacados de la vida política abandonaron las filas del partido donde iniciaron porque les cerraron las puertas y no les permitían crecer. Porfirio Muñoz Ledo fue secretario de Estado y presidenciable, pero su mente brillante le venía grande a los políticos de su época. Abandonó las filas de su partido originario, fundó nuevas organizaciones convirtiéndose en candidato por distintos organismos políticos contribuyendo a construir la actual democracia de México.

Si nuestro Gobernador Aispuro Torres no hubiera emigrado del PRI para sumarse a las filas del Acción Nacional, Durango se hubiera perdido de un buen Gobierno y tristemente los mismos hubieran seguido haciendo lo mismo. Estos son algunos de los muchos ejemplos de personajes que por su valiente decisión son acusados de traidores y mil tonterías más, pero el tiempo da la razón y sobre todo cuando lo que se busca es sumarse a la transformación del país, porque como manifestó el doctor, si queremos un mejor futuro para México hay que construirlo juntos y unidos. José Ramón Enríquez es un duranguense y un mexicano notable.

Hombres como Enríquez Herrera no están hechos para la derrota, podrá ser destruido una y mil veces, pero difícilmente será vencido. Tiene una coraza que lo protege, pues a diferencia de la inmensa mayoría de los políticos tradicionales, cuando termina sus actividades políticas, se quita el saco y se pone la bata para devolverle la salud y la vista a los miles que acuden a su consultorio. Al Doctor y a su señora esposa, les apasiona ayudar a sus semejantes, si no se dedicara a la política, tiene un modo gratificante de vivir, a diferencia de los demás que, siendo médicos, abogados, ingenieros y contadores, jamás han ayudado a los demás atendiendo en su consultorio, en su despacho o en su pequeña compañía.

Como estudiante y profesionista, el oftalmólogo es catalogado y reconocido como un ser humano brillante, características que no tiene la clase política que lo critica sin ton ni son. Por muchas razones que no viene al caso enumerar, Enríquez Herrera no pudo repetir en la alcaldía de Durango, pero como decía Séneca, también después de una mala cosecha siempre hay que sembrar. El Doctor José Ramón Enríquez es un hombre tenaz que no se deja abatir y desde otra trinchera, una vez más está de regreso.

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