Por: Gilberto Jiménez Carrillo

En una ceremonia muy emotiva teniendo como escenario la plaza IV Centenario, el último día del mes de enero se clausuró el curso de inducción para los alumnos de nuevo ingreso a las instituciones educativas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED).

Con un buen elaborado discurso, Rubén Solís Ríos, rector de la Máxima Casa de Estudios, logró atraer la atención de los jóvenes al decirles que ingresar a la UJED los convierte en universitarios por siempre. El mensaje del Rector no fue de palabras huecas, pues la etapa universitaria brinda mucho más que la posibilidad de especializarse en una disciplina concreta para afianzar el futuro profesional. De aquí surge la pregunta de ¿Por qué el espíritu universitario tiene vocación de eternidad? El espíritu universitario es el conjunto de valores intelectuales que son la base de una comunidad académica llamada Universidad.

En plena revisión del contrato contractual del 2020 es necesario recordar que después de ocho años de atraso y estancamiento, por fin existe estabilidad en la Universidad Juárez. Después de ocho años de opacidad y denigrantes corruptelas, ha regresado a la Universidad la esperanza de recobrar el prestigio que tanto esfuerzo costó a los que construyeron tan digna institución, de la cual nos sentimos orgullosos los que respetamos y agradecemos a la Universidad la formación profesional, académica y de valores que recibimos en sus aulas. En los tiempos actuales de recesión económica y recorte de recursos, es necesario apoyar a las autoridades universitarias en su propósito de alcanzar niveles de excelencia académica.

Los sindicatos que representan a los trabajadores de la máxima casa de estudios seguramente se sumarán a un proyecto de crecimiento que a un año de inicio va por buen camino. Si en esta revisión contractual llegaran surgir representantes sindicales inflexibles que obstaculicen el proyecto de crecimiento de la UJED por frivolidades o peticiones inalcanzables, serán mal vistos no solo por los universitarios, sino por la sociedad entera que desea que la Universidad Juárez del Estado de Durango continúe siendo la Máxima Casa de Estudios de la entidad.

De un modo racional los asuntos que se traten en la revisión han de venir bien trabajados y bien pensados. Si las soluciones que se proponen están bien estudiadas y nacidas del deseo de construir y no del afán de crear oposiciones, adquirirán una autoridad interna permitiendo que se impongan solas. Por consiguiente los representantes de las agrupaciones sindicales deben de tener una formación seria, que no deseen el lucimiento personal ni se arroguen facultades que no tienen, sino que busquen el bien de la Universidad que finalmente es el bien de los demás, y solo así la Universidad será hogar de paz y remanso de serena y noble inquietud que facilite el estudio y la formación de todos los universitarios.

Estamos viviendo un renacimiento universitario que por ningún motivo debe detenerse, las cuestiones de disputa deben de ser útiles y eficaces y de esa manera la Universidad saldrá airosa ante cualquier adversidad. Quien intente poner obstáculos al crecimiento de la institución no es de los nuestros, pues quien es universitario lo es para siempre. Rubén Solís Ríos dijo que quien es universitario lo es para siempre y no se equivoca, ayudémosle a que así sea y el que no ayude al menos que no estorbe.

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