Por: María de Lourdes López Salas

En el camino del acceso a la información y la transparencia iniciado desde el año 2001, encontré aliados que se sumaron junto con esta servidora para impulsar estos derechos. Una de ellas, fue una destacada mujer, pero sobre todo un ser humano excepcional, mi estimada y querida amiga María Ana Hernández de los Ríos, quien lamentablemente se nos adelantó en el camino de manera sorpresiva, las primeras horas de este sábado 25 de abril.

Con una gran convicción por el servicio público, por la comunicación y el periodismo, conocí a María Ana en la redacción del periódico “CIMA” hace tres décadas, ella en el área de Asuntos Especiales, quien como trabajadora social realizaba una serie de estudios y encuestas que alimentaban esa área, mientras que yo lo hacía en la redacción general con un grupo de entusiastas jóvenes dirigidos por don Jorge “Lupo” Salazar, de feliz memoria y Víctor Hernández, quienes eran nuestros jefes de información.

La vida nos fue uniendo y coincidiendo en el trabajo, pero sin duda en una amistad que perduró de manera incondicional.

Durante casi tres años, nos veíamos de manera frecuente, ella trabajando de manera profesional y dedicada con el grupo parlamentario del PAN en el Congreso del estado y de mi parte siendo reportera.

No puedo dejar de mencionar el gran trabajo realizado y su gran apoyo como secretaria de la mesa directiva que me tocó presidir en la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas Escritoras, AMMPE, capítulo Durango, donde realizamos un trabajo coordinado y tuvimos la oportunidad de viajar juntas a Guatemala, junto un gran grupo de periodistas y escritoras duranguenses y mexicanas encabezadas por Conchita Solana.

Al primer Congreso Nacional de Derecho de Acceso a la Información al que asistí fue precisamente con María Ana, a la ciudad de Morelia y en una noche memorable conocimos a varias personalidades entre ellas al doctor Jorge Carpizo McGregor, gran jurista mexicano siendo el doctor Ernesto Villanueva, quien nos lo presentó.

A ese congreso de acceso a la información, se sumó al día siguiente de esa noche memorable, nuestro amigo Jesús Nevárez Pereda.

Después María Ana y su servidora asistimos juntas a varios cursos y talleres sobre transparencia y acceso a la información a la ciudad de México, teniendo un gran deseo de seguir aprendiendo en un tema novedoso como la transparencia.

En estos años, “Marianita” -como muchos le decían de cariño-, gracias a su sencillez, amabilidad y sobre todo su profesionalismo, logró el reconocimiento no solo de la clase política, sino del gremio periodístico en el cual realizó la mayor parte de su carrera profesional.

Desde hace varios años, decidimos reunirnos de manera frecuente en un grupo al que lo denominamos “Grandes Amigos”; nuestros encuentros siempre fueron de charla, diversión, muchas risas, de gran camaradería, cariño y sobre todo de mucho respeto; ahí estábamos Laura Ramírez, Jesús Nevárez, Rosy Gaucín, Rosy Bustamante, Sinaí González, Wendy Bautista y yo.

En honor a esta gran amiga, dedico estas breves palabras salidas desde mi corazón triste por su partida, aun cuando sólo se nos adelantó, duele. Mi abrazo solidario a sus hijos Ana y Raúl, a sus hermanos Martha, Norma, Toño, Felipe, y Gil, así como a toda su familia y amigos.

Hasta siempre “Mariané”

*Titular de la Unidad de Transparencia e Información Municipal, UTIM, Durango

Twitter @lululopezsalas