Por: María de Lourdes López Salas

A finales de diciembre del año pasado se aceptó que China se enfrentaba ante una nueva enfermedad que provenía del virus SARS-COV2 Síndrome respiratorio agudo severo por Coronavirus 2.

Se conoció entonces que la enfermedad del COVID19, ya catalogada como una pandemia, tuvo el brote del virus en la ciudad de Wuhan en China, según se confirmó en el mes de enero de este año.

Después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia, científicos trabajaron para mapear el patrón de transmisión del COVID-19 que estaba siendo letal en el mundo.

Todo lo anterior se hizo con el fin de comprender cómo se propagó la enfermedad y cómo los casos no detectados y no documentados contribuyeron a su transmisión, generando que a velocidad insospechada el crecimiento de los contagios fuera alarmante, pues ya rebasa los 72 millones de contagios en todo el mundo, con más de un millón 610 mil personas fallecidas en el planeta.

Como ya se ha dicho, la pandemia vino a cambiar nuestra forma de relacionarnos llevándonos al confinamiento, a trabajar y estudiar desde casa, teniendo a nuestra disposición el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

El bombardeo de información verdadera y falsa sobre el Coronavirus, también nos llevó a repensar el manejo de los datos personales, específicamente de las personas víctimas de la enfermedad, pero también del personal médico agredido por la falsa creencia de otras personas que estaba contagiado.

En México contamos con dos leyes que protegen el manejo de los datos personales, los que se encuentran en posesión de los particulares y la Ley General de Protección de Datos Personales en posesión de los sujetos obligados (autoridades) que ayer 13 de diciembre cumplió cuatro años de aprobada por el Senado de la República.

La pandemia llevó a que las autoridades del sector salud de nuestro país que manejan los datos relativos a las cifras de las incidencias diarias, tuvieran entre sus propósitos resguardar la privacidad de los afectados por la enfermedad.

Es importante reflexionar sobre la importancia del manejo de nuestros datos personales, sobre todo que nos detengamos por unos segundos a conocer el aviso de privacidad de las autoridades y de los particulares a los que entregamos los datos personales.

En el caso del municipio de Durango, este año se trabajó con todas las direcciones y coordinaciones para que contaran de manera física y visible el aviso de privacidad simplificado, ya que el aviso integral se encuentra en la página de internet del gobierno municipal https://www.durangocapital.gob.mx/

Debemos tener una nueva cultura de protección de datos personales, con el fin de evitar proporcionar información de nuestra privacidad que nos pone en riesgo, sobre todo de personas sin escrúpulos que la pueden utilizar para cometer delitos.

Además de que es necesario saber que los datos personales tienen un valor que perdemos cuando los damos a conocer de manera generalizada y sin el mayor cuidado.

Titular de la Unidad de Transparencia e Información Municipal, UTIM, Durango

Twitter @lululopezsalas