Con la llegada del Siglo XXI el mundo se preparaba para un inminente apocalipsis cibernético derivado por el Problema del año 2000, también conocido como Y2K, se asumiría que los software solo funcionarían hasta el año 1999, lo que en teoría ocasionaría que en un efecto de cascada se verían afectados los suministros de energía, de transportes, los datos bancarios, telefonía y un largo etcétera que colapsaría la historia de la humanidad.

Se llegó el 1 de enero del año 2000 y finalmente no pasó nada de lo que se esperaba, volviendo la tranquilidad al mundo entero. Sin embargo; dos décadas después, sin previo aviso un virus provocó que el mundo realmente se detuviera.

En diciembre del 2019 se dio a conocer que un nuevo virus mortal, derivado del Coronavirus, lo que tomó por sorpresa a médicos, gobiernos y sociedad; la pandemia destapó la poca preparación de los gobernantes para poder lidiar ante lo desconocido. Se tomaron unas medidas a nivel mundial como fueron el uso de cubrebocas, de gel antibacterial, se redujo la movilidad, se cerraron cines, gimnasios, iglesias, teatros, estadios, entre otras muchas más actividades que paralizaron totalmente al mundo.

Durante la primera mitad del año 2020, la humanidad ha aprendido a vivir con el nuevo virus, costumbres que antes podrían parecer inofensivas hoy son evitadas completamente, como lo es algo tan sencillo como soplarle a las velas del pastel, el saludar de mano. Incluso la forma de vivir los espectáculos ha cambiado; nadie se imaginaba ver un partido de futbol soccer en un estadio vacío, sin público, o una función de lucha libre sin la magia del respetable apoyando con gritos a sus ídolos. Pero en el campo familiar y de educación es donde las familias mexicanas más han batallado para acoplarse, sin una estrategia clara por parte de las autoridades, los padres de familia pasan las de Caín al no contar con los conocimientos y sobre todo, las herramientas necesarias para poder o siquiera intentar suplir a los profesores en la educación de los menores.

Mientras la movilidad en las ciudades no ha podido controlarse como quisieran los gobiernos en sus tres niveles, la economía se ha detenido a niveles alarmantes debido a la pérdida de empleos, sin afán de sonar repetitivos, sin una estrategia clara para el combate y la prevención del COVID-19. Con retos en redes sociales como el retarse entre funcionarios al uso de cubrebocas, los gobiernos han sido rebasados por esta enfermedad.

Pie de página.- El municipio de Durango publicó una serie de medidas para tratar de combatir el COVID-19 pero estas acciones no han sido del total agrado de los comerciantes de la entidad, el que se invite a cerrar los negocios del Centro Histórico a las 18:00 horas, mientras los establecimientos con venta de bebidas con contenido alcohólico será a las 11 de la noche, lo que consideran una medida injusta. Estas medidas tal parece que serán solo válidas en el centro de la ciudad, ya que en colonias y fraccionamientos la autoridad municipal ha brillado por su ausencia, no hay un plan de contingencia para evitar la gran movilidad que se observa en estos lugares.

Twitter: @Antonio_Fierro