Por: Antonio Fierro

Fue el pasado 12 de marzo del año en curso que se anunció el primer caso registrado de COVID-19 en el estado. Una semana después, el 20 de marzo, se hizo el llamado a mantener una especie de confinamiento voluntario por parte de la sociedad duranguense.

A más de 60 días y con más de 230 casos confirmados, ha quedado claro que no fue tomada en serio la jornada de la sana distancia por parte de los duranguenses; basta recordar los eventos del 30 de abril, Día del niño, donde se pudieron ver largas filas de padres de familia en diferentes negocios de comida rápida y pastelerías. Dicho evento no pasó desapercibido para nadie, excepto para las autoridades sanitarias del estado, que en ningún momento hicieron nada para impedir estas aglomeraciones en plena vía pública; para ese momento se tenían registrados 67 personas con el contagio de Coronavirus, para el 08 de mayo, la cifra aumentó a 106 casos confirmados.

Una fecha especial para todos los mexicanos es el 10 de mayo, Día de las madres, que este 2020 se celebró en domingo, una fecha crucial para las autoridades tanto sanitarias como de seguridad pública; sin embargo, se llegó esta fecha sin una estrategia clara para combatir las tradicionales serenatas y reuniones familiares en honor de la jefa del hogar. A prácticamente 15 días de distancia se duplicaron los casos alcanzando la cifra de 230, derivados supuestamente de la relajación que se vivió esos días de convivio familiar.

Sin embargo, desde mi punto de vista, esto es una irresponsabilidad compartida. Las autoridades no han sabido poner el ejemplo en esta contingencia, desde que iniciaron las ruedas de prensa del secretario de Salud en el estado, el doctor Sergio González Romero prácticamente ruega cada noche para que la gente se mantenga en casa, que trate de mantener la sana distancia, dando a conocer sobre las defunciones, los casos confirmados, sobre la forma que el virus ataca al organismo, en fin, el Funcionario nada contra corriente.

En el municipio de la capital, se han realizado diversos actos que se prestan a confusión y a incrementar la movilidad social; como es colocar lavamanos en diversos puntos de la ciudad, que si bien es una buena medida preventiva fue mala estrategia colocarlos en tianguis, que presentan una gran afluencia de familias completas.

Se han “inaugurado” centros deportivos en diferentes colonias de la capital, lugares que se prestan a la convivencia entre vecinos, convivencia que en estos momentos de la pandemia no se recomienda hacer, sin embargo, según el punto de vista de alguien en el Ayuntamiento se tenían que entregar estos espacios en estos momentos que no pueden ni deben de ser usados por los beneficiarios.

Todo esto aunado a la desinformación que manda el Gobierno federal, que cree que todas las entidades son iguales y tiene las mismas características en la Ciudad de México y mientras la autoridad no haga una estrategia en común, una revisión de la situación, no se trabaje en conjunto, se incrementarán los casos de COVID-19 en el estado. Este virus llegó para quedarse, pero tal parece que los gobiernos no han entendido que no basta con hacer politiquería, es tiempo de ver hacia el futuro, con acciones, leyes y reglamentos adecuados a la situación global. Tras la epidemia vendrá inseguridad, pobreza, desempleo, problemas de salud, y no se ve un plan para ya no tratar de evitar esto, sino de minimizar los estragos que deje el Coronavirus.

Twitter: @Antonio_Fierro