Por: Primitivo Ríos

El presidente Andrés Manuel López Obrador, aborda los retos económicos planteados por el COVID-19 con una perspectiva totalmente diferente al tratamiento que han aplicado los neoliberales en cada una de las crisis cíclicas propias de este modelo económico ya agotado. Ahora la gran diferencia consiste en construir bienestar social y económico devolviéndole al pueblo abandonado y a la clase media los recursos que les permitan tener ingreso, reactivar el mercado interno y generar empleos.

Estos millones de mexicanos son los que hacen posible que la economía funcione. Con su iniciativa popular y sus pequeños negocios son los que en conjunto más impuestos pagan y mayor número de plazas de trabajo crean.

“Ahora no, ahora es distinto y no se deja en el abandono tampoco a los de arriba, sólo que se atiende a todos, se escucha a todos, se apoya a todos, pero se le da preferencia a la gente humilde, a los más pobres, porque todos somos iguales o debemos tener un trato igualitario y, además, como siempre lo he dicho, la justicia es darle más al que tiene menos… Va a recibir proporcionalmente el que tiene menos, pero se va a apoyar al 70 por ciento, se va a proteger de manera directa a 25 millones de hogares que cuando menos les va a llegar un apoyo…”, así lo ha señalado de manera clara el presidente López Obrador.

Dentro del plan económico para reactivar la economía, el Gobierno de AMLO destinará tres millones de créditos a empresarios, trabajadores al servicio del Estado y pequeños negocios y se crearán dos millones de nuevos empleos. Se construye así economía popular y comunitaria, horizontal, no vertical ni inhumana.

Estas acciones de política económica emprendidas por el presidente López Obrador en este momento en que el neolibrealismo es hegemónico y lucra con el COVID-19, han creado revuelo e inquietud en el mundo de los barones del dinero porque las medidas tomadas en México rompen totalmente con la lógica neoliberal, ya no siguen más sus lineamientos que consistían en usar dinero público para rescatar grandes emporios empresariales, solicitar préstamos para endeudar al país, promover redes de corrupción para el enriquecimiento multimillonario de las élites financieras.

Hoy las cosas son diferentes: Se apoya y procura bienestar social y económico, ingreso, empleo bien pagado a través de la devolución de dinero público que le pertenece al pueblo en acciones que le brinden los cimientos para emprender la construcción de una sociedad donde predomine la vida humana en armonía con la naturaleza, la solidaridad sobre el individualismo, lo espiritual sobre lo material, el cooperativismo sobre el emprendedurismo, la alegría y amor sobre la maldad y el miedo.

Este nuevo México se está construyendo desde abajo y con los de abajo y siempre al lado de Andrés Manuel López Obrador.

En Durango vamos con nuestro Presidente, no de ahora, sino de siempre.