Ricardo Xocoyotzin Martínez Arenales es un joven comprometido con su comunidad, su cultura y sus tradiciones, por lo cual se planteó preservar las danzas tradicionales ejecutadas en el municipio de Atlatlahucan, Morelos, las cuales dan parte de la identidad local, los habitantes y el entorno social de los cuales forman parte.
El año pasado, el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) seleccionó su proyecto: “Indumentaria, mi identidad, reconstrucción del traje de la danza en Atlatlahucan, Morelos”, cuyo objetivo general es ayudar a los grupos de bailes tradicionales para salvaguardar los atavíos típicos de su oficio.
Ricardo Xocoyotzin, quien es licenciado en danza folclórica mexicana, reconoce que a lo largo de los años la indumentaria ha sido modificada, por lo que con este trabajo busca ir a los orígenes y rescatar materiales, diseños y técnicas tradicionales. “En la actualidad cada quien compra su material, cada quien pueda hacer lo que quiera, pero esa libertad no permite que sea la danza bien vestida o en todo caso, que las piezas sean las correctas y entonces, se van distorsionando”.
El entrevistado refiere que el proyecto fue diseñado para coincidir con las festividades en su entorno original, es decir: los elementos aportados serían aprovechados durante las mismas. Considera que las tradiciones de su pueblo están perdiéndose y achaca al avance tecnológico parte del escaso interés de los jóvenes.
Planeado para realizarse en la cabecera de Atlatlahucan con población urbana —principalmente niños, jóvenes y adultos varones—, propone sobre todo apoyar a los grupos que han puesto sus vidas en la práctica de las danzas, quienes mantienen viva la esencia de dichas costumbres con su música y su entrega.
Se enfocó en cuatro danzas: la de las pastoras, la de los vaqueros, la de los moros de garrote y la de las negras de carnaval. Cada una cuenta una historia y agradece unos acontecimientos determinados.
Ricardo destaca que, a lo largo de los años, las danzas tradicionales de nuestro país han experimentado cambios. Factores como la migración y la economía provocan cambios con respecto a lo que fueron en el pasado.
Añade que la desaparición o sustitución de materiales por otros, así como de piezas y prendas, incluso los fallecimientos de quienes confeccionan y bordan los trajes como se conocían, han provocado transformaciones.
“También cambian máscaras y utilería y hasta la distorsión de los acordes musicales; esto depende de la responsabilidad misma de transmitir los conocimientos de generación en generación, y en Atlatlahucan no es la excepción”, asegura.
Su pueblo, comenta, se caracteriza por su historia y su tradición, título ganado con la forma de vida que lleva durante todo el año: en el municipio existe un gran número de festividades religiosas, las cuales son celebradas con gran devoción por sus habitantes.
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