- Esta antigua ciudad maya se ubica dentro de la Reserva de la Biósfera de Calakmul, la segunda más grande de América.
El Museo de la Naturaleza y Arqueología de Calakmul, se encuentra ubicado en el km 20 de la carretera que atraviesa la selva para llegar a la zona arqueológica, ofrece un panorama muy completo: desde la prehistoria y la diversidad natural, hasta los descubrimientos arqueológicos.
Es una de las mayores ciudades del mundo maya; en ella se han encontrado más de 120 estelas diseminadas entre estructuras y pirámides de grandes dimensiones. Se levanta en la segunda reserva natural más grande de América, que fue inscrita por la UNESCO como Patrimonio Mixto de la Humanidad en 2014. Está enclavada en el Petén Campechano dentro de la Reserva de la Biosfera de Calakmul.
Para poder acceder desde la ciudad de Chetumal, se tiene que tomar la Carretera Federal 186 a Escárcega y Villahermosa, en el km 95 pasando el ejido Conhuás, tomar la desviación hacia el sur y a 60 km se llega al sitio. Desde la ciudad de Campeche tomar la Carretera Federal 186 rumbo Escárcega-Chetumal y en ejido de Colhuas tomar la desviación al sitio.
Poblada desde un remotísimo pasado, 20 siglos antes de nuestra era, Calakmul llegó a convertirse en la urbe más importante de las tierras bajas mayas entre los años 250 a.C. y 700. Ninguna otra ciudad maya de lo que ahora es México tuvo su trascendencia. Desafió y derrotó a Tikal, la principal ciudad de aquella vasta región del sur de la península yucateca y el norte de Guatemala, para finalmente ser vencida por ella a inicios del siglo VIII. Tras una larga decadencia, Calakmul fue abandonada y la selva cubrió sus plazas y envolvió sus palacios, altares y templos. Los habitantes se dispersaron y formaron nuevos pueblos o se integraron a otros asentamientos.
La zona arqueológica de Calakmul se extiende sobre 70 km2 y contiene más de 6,000 estructuras. En su apogeo dominó un territorio de más de 13,000 km2. Un conquistador y explorador español de principios del siglo XVI, Alonso de Ávila, conoció las ruinas de Calakmul y de otros sitios mayas del periodo Clásico en lo que ahora es Campeche: los halló abandonados e invadidos por la densa vegetación tropical. También observó que ocasionalmente algunos puntos de la vieja ciudad eran visitados con fines rituales por indígenas de aquella época.
Cinco siglos después, el biólogo Cyrus Lundell la descubrió en 1931 y se lo comunicó al siguiente año a un famoso investigador estadunidense: Sylvanus G. Morley, quien la visitó especialmente interesado en el contenido de las estelas. Habrían de pasar otros 50 años cuando por fin un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Campeche y el INAH iniciaron excavaciones y empezaron a revelar su deslumbrante historia.
En el siglo VI de nuestra era, el territorio de los antiguos mayas comprendía unos 60 reinos. Había entre ellos el impulso de algunos por imponerse sobre muchos: Tikal lo logró por la fuerza; Calakmul también, primero por la diplomacia, lazos comerciales y alianzas familiares, y al final igualmente por las armas. El enfrentamiento entre ambas poderosas entidades políticas fue enorme: al inicio venció Calakmul —convertido en capital del Cuchcabal o Reino de la Cabeza de Serpiente— en el año 562; después Tikal se repuso, formó nuevas alianzas y derrotó a su enemigo en 695. Ello llevó a Calakmul a decaer hasta su ocaso. La última estela fechada en el sitio indica el año 909. No obstante, los demás asentamientos del periodo Clásico maya tampoco sobrevivieron; algunos también se eclipsaron en el siglo IX o bien desaparecieron en la centuria siguiente. Es la época en la que se habla del colapso de la civilización maya.
Los avances en el desciframiento de los jeroglíficos mayas, que mucho debe al sabio ruso Yuri V. Knórosov (1922-1999), han permitido reconstruir jirones de esa historia. Calakmul es la ciudad maya con más estelas, 120, en las que se cuenta la vida y los hechos de reyes, reinas, príncipes y capitanes. Otras ciudades aliadas o enemigas confirman o precisan, en sus propias estelas, esos datos. Se ha llegado a saber el nombre y trayectoria fragmentaria de 18 reyes de Calakmul, como “Serpiente Enrollada” (Uneh Chan, 579-611), “Yuknom el Grande” (636-686) y “Garra de Jaguar” (Yich’ak K’aak’, 686-698). Ahora también sabemos que Calakmul tuvo un glifo emblema para indicar su ámbito territorial (una cabeza de serpiente) y dos topónimos para referirse al centro de la ciudad: Ox Te Tun (“tres piedras”, posible alusión a un mítico fogón primordial) y Chiik Naab (“casa del lirio acuático”).
Integran la zona arqueológica de Calakmul cinco grandes complejos vinculados a la Gran Plaza Central, con la que se comunican mediante sacbés o calzadas antiguas. Sobre ella se levanta, al sur, la monumental Estructura II, la pirámide maya más elevada (55 m) después de la de Toniná, en Chiapas, y al norte la Estructura VII, mientras que al oeste se encuentra la Estructura VI y las Estructuras IV y III al este, todas impresionantes, de estilo Petén y erigidas de cara al tiempo. Entre las estelas, hay de época temprana (400 a.C.) y otras corresponden al auge de la ciudad. Son verdaderos alardes del arte maya y contienen diversos textos y narrativas de la sociedad que las creó.
La Reserva de la Biosfera de Calakmul se constituyó en 1989. En 1993 ingresó a la Red Internacional del Programa El Hombre y la Biosfera de la UNESCO. En 2002 Calakmul fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por dicha organización, misma que amplió ese reconocimiento en 2014, ahora como un legado mixto, es decir Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad.
A través del siguiente enlace podrás acceder a un recorrido virtual por el museo arqueológico de Calakmul. https://www.inah.gob.mx/paseos/Calakmul/tour.html
Te podría interesar: El INAH te invita a visitar su página: Échale un ojo a tus monumentos