- El proyecto comprende un total de 103 edificios construidos entre los siglos XVI al XIX, dentro de un área aproximada de 0.515 kilómetros cuadrados
Inmersa en una zona de alargada y sinuosa silueta, la arquitectura de Cerro de San Pedro se integra con armonía al semidesierto; este poblado que en los albores del siglo XXI ha visto extinguir su dilatada vocación minera, podría convertirse en la tercera Zona de Monumentos Históricos de San Luis Potosí, toda vez que el expediente técnico que sustenta sus valores patrimoniales se encuentra avanzado en 90 por ciento.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos (CNMH) y el Centro INAH San Luis Potosí, en colaboración con el gobierno de esa entidad, ha trabajado en la integración de este informe que busca la declaratoria presidencial sobre esta población considerada el “municipio madre” del territorio potosino.
En entrevista, el titular del INAH en SLP, el arquitecto Juan Carlos Machinena Morales, explicó que la propia fundación y prosperidad de la capital potosina, debe mucho a los yacimientos del cercano Cerro de San Pedro, los cuales fueron explotados durante siglos. Tras los decretos de la ciudad de San Luis Potosí y Real de Catorce como Zonas de Monumentos Históricos, ahora se busca reivindicar la trascendencia del otrora pueblo minero.
Agotadas sus vetas, las empresas mineras están en franca retirada de Cerro San Pedro. De acuerdo con Machinena, se han mantenido buenas conversaciones con las compañías, a fin de que mantengan los inmuebles en buen estado de conservación, los cuales podrían pasar a ser gestionados por el estado y el municipio, ya sea en donación o en comodato.
A la par, el Centro INAH San Luis Potosí y la Secretaría de Turismo estatal diseñan un programa que ayudará a detonar la visita del lugar. Esto supondría un giro en su vocación para brindar nuevas expectativas de empleo a familias que antes dependían del trabajo en las minas, conformando un circuito entre la capital potosina y Cerro de San Pedro, dada su cercanía.
“Las primeras edificaciones de Cerro de San Pedro tienen buena factura en piedra, puesto que fueron vivienda de los propietarios de las minas, primero ingleses y estadounidenses, y canadienses en las últimas fechas. Este núcleo central —el cual incluye las residencias más modestas de los trabajadores— se ha conservado bien; sus calles empedradas llevan ‘de arriba abajo’ y desde su cima se tiene una bella estampa nocturna de la ciudad de San Luis Potosí”, detalló el arquitecto.
El proyecto de Zona de Monumentos Históricos de Cerro de San Pedro comprende un total de 103 edificios construidos entre los siglos XVI al XIX, dentro de un área aproximada de 0.515 kilómetros cuadrados, pormenorizó Ruth García Fernández, subdirectora de Catálogo y Zonas de la CNMH.
La especialista del INAH comenta que la importancia de la población radica en la conservación de la estructura y conformación urbana en plato roto (irregular); la relación de sus espacios; la lectura histórica del contexto construido; el paisaje cultural que conforma el tejido urbano con las elevaciones o cerros y ríos adyacentes; las tipologías arquitectónicas y sistemas constructivos que se conservan en el sitio, y el gran valor simbólico y emblemático que la relacionan con la fundación de la capital del estado de San Luis Potosí.
Entre sus espacios y construcciones más relevantes se incluyen los Templos de San Pedro y de San Nicolás Tolentino, el Palacio Municipal, la Hacienda (de extracción) San Leonel, el molino de minerales, el puente ferroviario, la mina Juárez con sus respectivas instalaciones administrativas, el antiguo hospital, la escuela, el panteón municipal y la Plaza Juárez.
“Los inmuebles de carácter civil se muestran alineados a la calle, algunos con patio central o lateral, siguiendo en su edificación la topografía accidentada del terreno o, en su caso, están compuestos por un solo cuerpo, asentados en pequeñas plataformas creadas en las laderas de los cerros circundantes; algunos, incluso, son el resultado de la adaptación de socavones en el terreno, para uso habitacional o de funciones ligadas a la actividad extractiva”.
Para dar una mayor idea de la fisonomía del lugar, la arquitecta refiere que la mayoría de las construcciones son de un nivel, máximo dos, lo cual permite que el Templo de San Pedro resalte y pondere el paisaje del poblado, volviéndose el eje del tejido arquitectónico.
“El sistema constructivo, en general, es a base de muros de piedra con algunas incorporaciones de adobe; de existir aplanados, estos son de mezcla de cal-arena; las techumbres presentan estructura de vigas con cubiertas planas terminadas en terrado, algunas de ellas han sido techadas con lámina de zinc; en sus fachadas, los vanos son, generalmente, rectangulares —de proporción dos a uno—, algunos enmarcados en cantera o tabique de barro; predominan los cerramientos a base de viga de madera, con puertas de madera y herrería de fierro”.
Breve historia
Ubicado al nororiente de la capital de San Luis Potosí, Cerro de San Pedro fue parte de una región habitada por la tribu chichimeca guachichila durante la época prehispánica. A raíz de la Conquista, en 1588, estos grupos emprendieron la última batalla contra las fuerzas españolas y, posteriormente, serían evangelizados por los franciscanos. Pese a ello, fue hasta el siglo XVII que se construyeron los templos de San Pedro y San Nicolás Tolentino, al centro del pueblo.
En 1592, Don Miguel Caldera se enteró de la existencia de yacimientos minerales en las montañas orientales de Mexquitic. Tras la inspección y el cateo del cerro obtuvo el título de propiedad y, más tarde, organizó una comisión para tomar las minas con Gregorio de León, Juan de la Torre y Pedro de Anda, este último fue quien nombró a la zona “Cerro del Señor de San Pedro del Potosí”.
A Don Juan de Oñate, alcalde mayor, se debe el diseño del acomodo del nuevo pueblo siguiendo una traza irregular de plato roto, característica de los asentamientos mineros.
Su producción pasó por varias etapas que determinaron su desarrollo, apogeo y crisis. Un evento destacado fue la manifestación de sus mineros en la ciudad de San Luis Potosí, en 1767, desencadenando la primera huelga en las provincias de la Nueva España.
Siglo y medio después, la lucha revolucionaria, las huelgas y la transición de empresas mineras llevaron a su gradual despoblamiento. De los mil 841 habitantes que había en 1930, para 1950 solo quedaban 670, y 258 en 1952, reduciendo su densidad demográfica en 90 por ciento.
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