- Este 15 de junio se recuerda al muralista, pintor, dibujante y grabador ruso-mexicano en el centenario de su nacimiento; figura imprescindible de la producción artística de la segunda mitad del siglo XX
Vladimir Kibalchich Russakov, mejor conocido como Vlady, lo recordamos este 15 de junio en el centenario de su natalicio. Este destacado pintor, grabador, muralista ruso-mexicano realizó importantes aportaciones artísticas en la segunda mitad del siglo XX. Incorporó en su obra las tradiciones pictóricas europeas y mexicana, creando un legado único para la formación de distintas generaciones de artistas.
Su influencia se destaca al fundar la Galería Prisse, junto a Alberto Gironella y Héctor Xavier, uno de los primeros espacios alternativos de exhibición y comercialización de arte que contribuyó al desarrollo de nuevos circuitos, así como a la difusión del trabajo de jóvenes artistas que, en su mayoría, buscaban lenguajes plásticos alejados del relato histórico y el trasfondo nacionalista que identificó a la llamada Escuela Mexicana de Pintura.
Prisse abrió la posibilidad para que otras galerías, como Proteo, Juan Martín o Antonio Souza, se consolidaran como bastiones de la generación de la Ruptura, de la cual Vlady fue un destacado exponente. Su interés en la experimentación formal y matérica lo llevó a desarrollar investigaciones que plasmó en su obra, la cual inyectó una nueva vitalidad al muralismo en nuestro país.
Se recuerda que el artista nació el 15 de junio de 1920 en Petrogrado, hoy San Petersburgo, Rusia. Tras la expulsión de su padre de la Unión Soviética, en 1936, su familia se trasladó a Bruselas, Bélgica y posteriormente a París, Francia. Es en este país donde obtiene su formación artística. En 1941 llegó a la Ciudad de México y a partir de 1945 comenzó una prolífica carrera en nuestro país. A lo largo de su trayectoria participó en importantes exposiciones individuales y colectivas, de las cuales destacan la Primera y Segunda Bienal de París, Confrontación 66, la Bienal de Sao Paulo y su participación en el Pabellón de México en la Feria Mundial de Osaka en 1970.
En 1986, el INBAL organizó su primera exposición en el Museo del Palacio de Bellas Artes bajo el título Vlady: Exposición metodológica. Este recinto también acogió en 2006 la muestra homenaje Vlady. La sensualidad y la materia como un reconocimiento póstumo al artista.
En el año 2000, bajo la curaduría de Tomás Parra, el Museo de Arte Moderno (MAM) del INBAL organizó la primera exposición retrospectiva de su obra gráfica. El conjunto de dibujos, acuarelas y grabados que se exhibieron en las salas de este recinto daba cuenta de una profunda reflexión histórica en torno al arte en el pasado y el presente. Los gestos de sus trazos, una iconografía recurrente, elementos y símbolos aparecen como aspecto unificador en su obra, manifiestos en una diversidad de temas.
En 2004, Vlady donó al pueblo de México su acervo plástico, gráfico y documental que asciende a más de 40 mil piezas. Dicho patrimonio, que incluye una de sus obras más relevantes: Las meninas caribeñas, es resguardado por el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) y forma parte de la colección del INBAL. Otras obras importantes en los acervos del Instituto son Magiografía, Viena 19 y El instante, las tres de 1967, las cuales conforman el tríptico Trotskiano, bajo el resguardo del MAM.
Su mural Las revoluciones y los elementos, ubicado en la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en la Ciudad de México, es primordial para comprender sus aportaciones al muralismo. Se trata de un recorrido a través de las revoluciones modernas de la historia occidental: desde la Revolución Francesa, la Independencia de Estados Unidos de América, hasta las revoluciones de América Latina y México. Este hilo conductor enmarca diversos temas humanos: la historia, la mitología, la poesía, la ciencia, la política, el erotismo, la música, el psicoanálisis, entre muchos otros.
Su tratamiento del mural es único, se vale de los elementos materiales del recinto arquitectónico para destacar diferentes cualidades pictóricas y gestuales, potenciadas asimismo por su maestría en el uso del color.
Para recordar esta efeméride, el INBAL colabora con el Antiguo Colegio de San Ildefonso para presentar la exposición Vlady 100 años. Revolución y disidencia, la cual está programada para finales de 2020.
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