En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas que se celebra este lunes 9 de agosto.
La Organización de las Naciones Unidas señaló que las injusticias que viven se relacionan con una herencia colonial.
Hay más de 476 millones de pueblos indígenas que viven en 90 países de todo el mundo, lo que representa el 6,2% de la población mundial.
Los pueblos indígenas son los poseedores de una gran diversidad de culturas, tradiciones, idiomas y sistemas de conocimiento únicos.
Tienen una relación especial con sus tierras y tienen diversos conceptos de desarrollo basados en sus propias cosmovisiones y prioridades.
Aunque numerosos pueblos indígenas en todo el mundo son autónomos y algunos han logrado establecer la autonomía en diversas formas.
Muchos de ellos todavía se encuentran bajo la autoridad última de los gobiernos centrales.
Que ejercen el control sobre sus tierras, territorios y recursos.
A pesar de esa realidad, los pueblos indígenas han demostrado ejemplos extraordinarios de buen gobierno.
Desde los iroqueses (pueblos nativos americanos) hasta los parlamentos Sámi en Finlandia, Suecia y Noruega.
La pandemia de COVID-19 ha expuesto y exacerbado muchas desigualdades existentes.
Afectando de manera desproporcionada a poblaciones de todo el mundo.
Que ya sufrían pobreza, enfermedad, discriminación, inestabilidad institucional o inseguridad financiera.
Desde la perspectiva de los pueblos indígenas, el contraste es aún más marcado.
Está claro que en muchas de nuestras sociedades, el contrato social necesita una revisión, como mínimo.
La ONU celebra el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, que este año se llevará a cabo de manera virtual.
Y en el que se abordarán temas como el rediseño de un nuevo contrato social que respete las formas de vida y gobernanza de dichas comunidades.
En este contexto, Naciones Unidas habló con Sara Curruchich, una joven cantautora maya kaqchikel de Guatemala.
Que difunde su canto a nivel internacional tanto en español como en su lengua materna.
En la entrevista, Curruchich señaló que los principales problemas de los pueblos indígenas en Guatemala -y en el resto de América Latina- en buena medida se pueden entender a través de la desigualdad.
“Muchas de las desigualdades y las injusticias que vivimos en la actualidad están muy relacionadas con un tema colonial que es el racismo. El racismo está instaurado en todas las estructuras del país, o de los países, me atrevería a decir, y esto trae como consecuencia cosas tan visibles como la desnutrición, la pobreza, la pobreza extrema, los desalojos que sufren los pueblos indígenas. Todas las violencias que sufren nuestros cuerpos como mujeres indígenas, la sexualización, la objetivización, son formas de ese racismo, de esas desigualdades, de esas injusticias que vivimos en la actualidad”, dijo Curruchich.
“Ahora que atravesamos esta pandemia, es notable que en los pueblos indígenas hay una escasez y una ausencia mucho más grande de hospitales, de acceso a medicinas o de vacunas. Otros de los grandes problemas que vivimos los pueblos indígenas son los desalojos por los territorios, las instalaciones de megaproyectos como hidroeléctricas y mineras que perpetúan muchas acciones violentas contra la gente de las comunidades; al igual que la migración. Muchas personas de los pueblos se ven obligadas a irse del país porque el país no les ofrece una vida digna”, añadió la artista.
Curruchich también habló de cómo tendría que ser el nuevo contrato social.
Que beneficie a los pueblos indígenas y que los incluya en el desarrollo de los países.
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