A más de un año de trabajo virtual, las y los maestros del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) se han destacado.

Por el diseño de experiencias de calidad para que sus estudiantes desarrollen a distancia sus habilidades técnicas, creativas y sensibles.

Así como estrategias que les permitan establecer diálogos y conexiones originales desde los lenguajes artísticos.

A partir de la exploración de su mundo interior y de los distintos escenarios que plantea el confinamiento.

Son mil 800 maestras y maestros que atienden a 9 mil 229 estudiantes en los niveles de iniciación, secundaria, bachillerato y educación superior.

En las disciplinas de artes visuales, danza, música y teatro.

Con el trabajo cotidiano de maestras y maestros, el INBAL ofrece una educación artística pertinente y de calidad en sus distintas escuelas.

Hoy más que nunca ha logrado incentivar la transformación de los procesos de enseñanza mediante el uso de la tecnología.

Durante 2020, los 29 planteles del INBAL transitaron de la educación presencial a la educación a distancia.

De forma armónica para garantizar el derecho de las y los estudiantes.

De continuar con su formación y ejercer sus derechos culturales, con lo que se contribuye a la transformación creativa e imaginativa de la sociedad.

Profesoras y profesores han afrontado de forma excepcional e inédita su compromiso educativo.

Además de activar sus experiencias y saberes de forma creativa.

Para asegurar el ejercicio del derecho a la educación de niñas, niños y jóvenes.

El referido laboratorio contiene experiencias y prácticas educativas emergentes de gran calidad, las que han enriquecido la formación de estudiantes en tan complejos e inciertos momentos.

A estas experiencias se les denominó buenas prácticas educativas, las cuales dan cuenta de múltiples procesos.

Al considerar las condiciones de alejamiento social y el abandono temporal de las aulas, dieron pie a la resignificación de la tarea docente.

Mostraron rutas para repensar la educación artística en los años venideros.

Asimismo, han logrado cristalizar procesos y rasgos educativos que han estado en los debates pedagógicos contemporáneos sobre cómo replantear la escuela y la enseñanza de las artes.

Como la potencia de la docencia humana, la vinculación escuela- familia-contexto, la necesidad de escuchar a la  comunidad estudiantil y el papel de la planeación didáctica como herramienta de investigación-acción, entre otros aspectos.

Las y los docentes trabajan también en diversas acciones de apoyo a sus estudiantes, como cursos remediales y acciones de regularización a distancia para atender a quienes han tenido problemas de conectividad durante las clases virtuales, a fin de no dejar a ningún alumno atrás.

Sus aportaciones en la formación de las nuevas generaciones de artistas, profesores e investigadores de las artes, así como en la creación de nuevos modos de hacer y pensar las artes y en la preservación de diversas tradiciones artísticas, es invaluable. Son parte fundamental y pieza clave en la transformación y reinvención del mundo.

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