Samuel Morse, inventor y pintor estadounidense nació un 27 de abril de 1791 en Boston, murió en la Ciudad de Nueva York, en el año 1872. Concibió un sistema telegráfico sobre un solo conductor mediante un electroimán, inspirado en modelos europeos, pero su éxito se consolidó al elaborar, junto a Alfred Vail, un código práctico y eficaz que abarató definitivamente la telegrafía eléctrica. La primera línea telegráfica de Estados Unidos que conectó Washington y Baltimore se inauguró el 24 de mayo de 1844.
Samuel Finley Breese MORSE nació el 27 de abril de 1791 en Charlestown, un barrio de Boston (Massachusetts). Fue el primer hijo de Jedidiah Morse y Elizabeth Ann Breese. Su padre era geógrafo. Morse inició sus estudios en la Phillips Academy en Andover. En su primer centro educativo fue un estudiante que no destacó por sus capacidades sino por su inestabilidad y excentricismo. Estudió filosofía religiosa, matemáticas y veterinaria equina en Yale College en New Haven (Connecticut), hoy Universidad de Yale, donde se graduó en 1810. Pero su verdadera vocación era la de pintor. En 1811 partió hacia Inglaterra para realizar estudios de arte junto al pintor americano Washington Allston. En 1815, de vuelta en su país, siguió pintando y consiguió ser conocido como pintor de escenas históricas. Su trabajo más destacado como pintor fue La Fayette, creado en 1825.
Fue presidente y fundador de la Academia Nacional de Dibujo en 1826. Sin embargo, en Estados Unidos no se valoraban las escenas históricas y decidió dedicarse al retrato que gozaba de mayor éxito.
A los 27 años de edad, Samuel Morse contrajo matrimonio con Lucrecia Walker, una mujer culta y atractiva con quien tuvo cuatro hijos. Lucrecia falleció tras el nacimiento de su último hijo. La muerte de su esposa dejó a Morse desconsolado. Vivió con escasos ingresos durante algunos años, aunque logró recuperar las fuerzas para adentrarse en nuevos proyectos.
Tras las muertes de sus padres, en 1829 volvió de nuevo a Europa y en 1832, en el viaje de vuelta, a bordo del buque Sully, conoció a Charles Thomas Jackson, un médico e inventor, que estaba muy interesado en los progresos de la electricidad y tenía conocimiento de los experimentos de André M. Ampère con electroimanes. Durante el resto del viaje ambos charlaron extensamente sobre estos temas y Morse pensó que un impulso eléctrico tenía la posibilidad de moverse a través de un alambre, surgiendo la idea de construir un telégrafo.
Ya en Estados Unidos diseñó su telégrafo estructurándolo en base a un emisor, que abría y cerraba un circuito eléctrico; un receptor, que usaba un electroimán con el que se grababa la señal; y un código, encargado de transcribir la señal a través de símbolos (letras y números).
En 1836, Leonard D. Gale, profesor de química de la misma universidad, sintió curiosidad por los experimentos de Samuel Morse y lo puso en contacto con Joseph Henry, físico, a quien le enseñó el modelo del aparato y le aconsejó en relación al electromagnetismo. Alfred L. Vail, antiguo alumno de la universidad, asistió a una demostración que Morse estaba llevando a cabo en el laboratorio del profesor Gale y se sintió enormemente atraído por los experimentos, así que decidió participar en ellos. El padre de Vail poseía una fábrica de productos metalúrgicos en Morristown, N.J., y decidió además de apoyarles financieramente, proporcionarles un taller en dicha fábrica, para que su hijo y Morse pudiesen trabajar en la mejora del telégrafo.
En 1837, Morse y Vail crearon una sociedad y a partir de entonces tramitaron la patente del telégrafo. Un acuerdo firmado por ambos en septiembre de 1837 establecía que Morse le otorgaba el 25% de los derechos sobre las patentes, pero que únicamente debía figurar en los documentos su nombre.
Poco después en octubre de ese mismo año, Morse presentó en la Oficina de Patentes una notificación previa para la solicitud de una patente sobre su invento, que le fue concedida en 1840 con el número US1647. En el primer sistema de codificación empleado por Morse cada conjunto de muescas del transmisor correspondía a una letra o número, lo que limitaba la fiabilidad del telégrafo. Con la participación, decisiva de Vail, crearon hacia 1838 (y revisaron en 1844), el universalmente conocido código Morse de puntos y rayas con el que hicieron la primera demostración pública de su invento en la universidad de Nueva York.
Después de esta demostración, la idea de Morse era la de tender líneas telegráficas a lo largo de todo el país, y en su intento de lograr el apoyo político y financiero del Congreso, entabló amistad con el congresista Francis O.J. Smith, que se volcó en su ayuda, pero sin obtener los resultados apetecidos.
En 1843, el Congreso de los Estados Unidos aprobó, por fin, la concesión de treinta mil dólares para que Morse pudiese construir una línea telegráfica entre Washington y Baltimore. Francis O. J. Smith dedicado ahora por entero al negocio del telégrafo contrató a Ezra Cornell como superintendente de los trabajos para la instalación de la línea entre ambas ciudades. Al principio intentaron llevar el cable enterrado, pero después de constantes problemas con el aislamiento, decidieron que la línea iría tendida sobre postes.
Las obras se terminaron en 1844, año que pasaría a la historia de las telecomunicaciones por el envío del primer mensaje a través del telégrafo. El 24 de mayo de 1844 se transmitió la cita bíblica del IV libro de la Biblia, Números, 23:23, «What hath God wrought!» (¡Lo que ha hecho Dios!), como mensaje inaugural.
El sistema de telegrafía Morse siguió su perfeccionamiento con un nuevo tipo de registrador y un manipulador telegráfico empleado en la transmisión.
En 1845 Morse se asoció con Amos Kendall, encargándole la explotación de sus patentes. Kendall formó la Magnetic Telegraph Co. con Morse y sus asociados y se dedicó a la venta de derechos para la instalación de líneas por terceros.
Por todas partes del país comenzaron a tenderse líneas uniendo a las principales ciudades, y en ocasiones sin el pago de cantidad alguna. Morse tuvo que enfrentarse a las demandas de otros inventores que rivalizaron por la consecución de los derechos de la patente. En 1854, la Corte Suprema de Estados Unidos sentenció que los derechos le pertenecían. Se planteó vender los derechos del telégrafo al Gobierno a cambio de cien mil dólares. Sin embargo, la ambición privada se sumó al poco interés del Congreso. Por lo que retomó sus negocios con Amos Kendall.
La actividad inventora de Morse fue decayendo y a partir de 1850, después de haber amasado una considerable fortuna, dejó de participar directamente en las actividades relacionas con el telégrafo.
En 1854, el empresario Cyrus W. Field pidió a Morse su opinión sobre el tendido de un cable submarino para la unión telegráfica de América y Europa. Morse, que había hecho sus propios experimentos de conducción eléctrica con un cable submarino en el puerto de Nueva York en 1842, contestó con gran entusiasmo que no veía objeción alguna para que el cable funcionase correctamente. Field que tenía sus dudas sobre tal empresa decidió, después de oír a Morse, lanzarse a ella. Morse tomó además parte en el accionariado de la nueva empresa creada para tal fin, la Atlantic Telegraph Co., y fue nombrado presidente honorario de la misma. En 1857 participó en el primer intento de tendido del cable a bordo del buque Niagara.
Las líneas telegráficas llegaron a ambos lados del Atlántico. La fama y riqueza de Samuel Morse aumentaron y a partir de entonces se dedicó a la filantropía. Fue fundador de Vassar College. En sus últimos años, se dedicó a ayudar económicamente a la Universidad de Yale, a asistir a la iglesia, impartir seminarios teológicos y desarrollar obras benéficas. También, contribuyó con sociedades misioneras y ayudó a los artistas pobres.
En 1851 una convención de paises europeos le concedió un premio de 400.000 francos en reconocimiento de su contribución al desarrollo del telégrafo, que supuso una revolución mundial. Tras su muerte, la tecnología evolucionó en la radio, el teléfono, la televisión e internet. Sin embargo, tanto su fama como sus contribuciones a las telecomunicaciones siguen vivas a través del Telegraph Club de Morse, creado en 1942. La asociación se creó con el objetivo de preservar la evolución de la telegrafía.
Samuel Morse falleció de neumonía el 2 de abril de 1872, a los 80 años, en su casa del número 5 de la Calle 22 Oeste de Nueva York, y fue sepultado en el Cementerio de Green-Wood, en Brooklyn.
En 2009 Google le dedicó un doodle en conmemoración del aniversario de su nacimiento.
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