Un 3 de abril de 1871, nació en Coyoacán, México José Juan Tablada, poeta, periodista y diplomático mexicano, que fuera reconocido como el iniciador de la poesía modera mexicana, y se le atribuye la introducción del haikú en la literatura hispana. Escribió caligramas al mismo tiempo que Guillaume Apollinaire, estudio arte hispanoamericano, el precolombino y el arte contemporáneo. Apoyó e influyó en artistas reconocidos como: Ramón López Velarde, José Clemente Orozco y Diego Rivera, por mencionar algunos.
Destaca en su vida, el año de 1918, siendo presidente Venustiano Carranza lo nombra Secretaria del Servicio Exterior, por lo cual se mudó a Caracas donde realizó una gran labor cultural, impartió conferencias y realizó publicaciones sobresalientes. En el año de 1920 se traslada a Quito, donde decidió renunciar a su puesto diplomático por no adaptarse a la altura sobre el nivel del mar de la ciudad. Tras una breve estancia en la Ciudad de México, regresó a Nueva York y fundó la Librería de los Latinos. Durante un breve regreso a la Ciudad de México entre 1922 y 1923, un grupo de escritores lo nombró «poeta representativo de la juventud». Residiendo en Nueva York fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua en 1928.
Regresó a México en 1935 y vivió en Cuernavaca, en 1941 fue nombrado miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua para ocupar el sillón VIII. A mediados de 1945 regresó a Nueva York, siendo vicecónsul, pero muere el día 2 de agosto del mismo año.
La Academia Mexicana gestionó el traslado de sus restos mortales, los cuales fueron sepultados en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Si hablamos de su obra poética, ha sido dividida en tres épocas: “Poemas de Juventud (1892-1918)”, “Época Media (1901-1918)” y “Época Moderna (1919-1930)”. Los poemas juveniles pertenecen a la segunda edición de El florilegio, 1904; la Época Media contiene poemas de Al sol y bajo la luna, 1918, y La feria, 1928; la Época Moderna es la más rica y abarca distintos libros del poeta: Un día…, 1919; Li-Po y otros poemas, 1920; El jarro de flores, 1922, y La feria, 1928. Los poemas de esta Época Moderna que aparecen en Los mejores poemas de José Juan Tablada (UNAM, Biblioteca del Estudiante Universitario, 96) y que no están en las obras antes citadas, iban a formar parte de proyectos de libros que no llegaron a hacerse realidad: Intersecciones, El bestiario piadoso, Los ojos de la máscara, Puentes rotos, El alma en pena, títulos que sólo son una sugerencia y que parecen palabras, frases, versos cogidos al azar entre la vasta obra poética de José Juan Tablada.
En opinión de Gutiérrez Nájera y Urbina, cuando Tablada, entonces sí joven de veinte años, introduce en México el “estremecimiento nuevo de Baudelaire”. Tablada “pensaba en francés”. Los otros poetas de su generación también lo hacían, pero nadie como él pudo aprehender ese nouveau frisson que traducía la poesía modernista en plenitud. No era ya la originalidad de los precursores como Gutiérrez Nájera y Díaz Mirón; ni la carga sentimental y dramática del romanticismo; ni la emoción un tanto fría que desde su inmovilidad produce la poesía parnasiana: era todo ello, más el simbolismo y el impresionismo junto con otros elementos. A la nueva expresión, que tuvo múltiples fuentes, se le llamó con el nombre de modernismo. Tablada es uno de sus mejores representantes.
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