Por: Pedro Núñez López.

Un día en la historia de Durango y siendo el martes 3 de diciembre de 1839, un día como otro cualquiera de trabajo aduanal, llegaba al puerto de Veracruz la corbeta «Flore», proveniente de Francia. Comandada por el capitán Oriot, la «Flore» era una asidua viajera en el Atlántico, entre el Havre y Veracruz, en esos años. Pero su arribo en esta fecha sería un día muy distinto al de muchos otros para el arte mexicano. Entre sus viajeros volvía el comerciante Jean Francois Prelier, quien era ya un conocido grabador en la capital (de la calle de Plateros No. 9). Prelier en este viaje, traería un novedoso aparato que apenas unos meses antes se había presentado en París y ya estaba causando furor entre la élite científica europea: el daguerrotipo llegaba vía Veracruz a territorio nacional.

(Esta imagen se obtuvo en la página http://www.fotonostra.com/biografias/daguerrepaisaje.htm sobre daguerrotipos y es la primera foto de paisaje Louis Daguerre. París, 1838 en el mundo.)

La llegada de un invento como éste, tuvo por fuerza un atractivo fascinante, por fin se cumplía el anhelo de una sociedad de ver reproducida con exactitud su belleza, su delicadeza y sus buenas maneras de la forma más fiel (estamos hablando, por supuesto, de un sector muy exclusivo de la sociedad). Lo significativo, el anuncio de la llegada del primer daguerrotipista a la ciudad de Durango, el jueves 9 de marzo de 1843:

Eduardo Wilder respetuosamente ama a los señores de Durango, que permanecerán un corto tiempo en esta ciudad, con el objeto de sacar los retratos de las personas que gusten ocuparlo. Los retratos se sacan con una máquina llamada Daguerrotipo del nombre de su autor. La asombrosa exactitud de la semejanza puede sólo concebirse por los que han presenciado sus resultados, por la belleza y delicadeza de la delineación y por la fuerza y viveza de expresión en todas las facciones, nada puede compararse con el daguerrotipo, no siendo la mano del hombre que hace el retrato, sino que se delinea por el médium sutil de la luz, es una imagen ópticamente perfecta que se imprime en una superficie propiamente preparada para recibirla, por cuyo motivo se garantiza en todo caso a semejanza. La sala está abierta desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde, en la primera calle de la estampa de San Agustín, hoy Calle Hidalgo, donde podrán verse las muestras y cada toma tiene un costo módico de $8.00, mediante una exposición de tres a quince minutos. (En Durango se tomaron de ocho a nueve Daguerrotipos y la imagen presenta la Fábrica Hilados del Rio del Tunal, 1847 fuente: Martha A. Sandweiss/Rick Stewart and Ben W Husemen. Eye witness to war.Print and Daguerreotypes of the Mexican war 1846-1847, Washington, D.C., Amon carter Museum/ Smithsonian Institution Press.) Fuente: El Oficio Del Espejo Una Búsqueda Imaginaria En Los Primeros Fotógrafos Retratistas Del Siglo XIX En México. José Antonio Rodríguez.P. 77- 88 imágenes obtenidas del grupo Durango Antiguo.