Norelia Hernández, madre de Norberto Ronquillo, estudiante de la Universidad del Pedregal, secuestrado y asesinado, se dijo confiada en que las autoridades de la Ciudad de México, “corrijan las irregularidades iniciales” cometidas en la investigación, para lograr justicia.
En entrevista con Pascal Beltrán del Río, para Imagen Radio, lamentó que “desde el principio hubo desconocimiento de muchas cosas”, como, por ejemplo, el que el automóvil del joven no pudo ser evidencia, porque “no fue custodiado, ni se le dio seguimiento, como debe ser, además de las filtraciones del caso, que llevó a la remoción del fiscal y del Jefe de Investigación”.
Norelia Hernández, madre de Norberto Ronquillo, estudiante de la Universidad del Pedregal, secuestrado y asesinado, se dijo confiada en que las autoridades de la Ciudad de México, “corrijan las irregularidades iniciales” cometidas en la investigación, para lograr justicia.
En entrevista con Pascal Beltrán del Río, para Imagen Radio, lamentó que “desde el principio hubo desconocimiento de muchas cosas”, como, por ejemplo, el que el automóvil del joven no pudo ser evidencia, porque “no fue custodiado, ni se le dio seguimiento, como debe ser, además de las filtraciones del caso, que llevó a la remoción del fiscal y del Jefe de Investigación”.
“Todas esas irregularidades -dijo- “no ayudaron al aceleramiento del proceso” de investigación.
Asimismo, advirtió que la familia “desgraciadamente no había tenido acceso a la investigación”, al advertir que “no desea que caso se resuelva al vapor, y que vaya a pagar un inocente”.
Señaló que este lunes, finalmente, en una reunión con las autoridades “pudimos ver avances por la investigación, pero, por razones obvias, no puedo comentarlas”.
“Sí ya se vio un trabajo, confío en las autoridades, aún, y espero que vamos a tener buenas noticias. Es un compromiso para la sociedad y para la familia”, a reserva de que la conclusión del caso se concrete.
El cuerpo del joven estudiante de la Universidad del Pedregal fue localizado el 11 de junio pasado en un paraje de la alcaldía Xochimilco, dentro de dos bolsas de plástico negras, junto con dos cobijas amarradas con una extensión eléctrica color naranja.
Una sábana roja con la inscripción “Familia Hernández Guarneros”, con la que supuestamente envolvieron en cadáver del universitario, originario de Meoqui, Chihuahua, es clave en el caso.