Santiago Papasquiaro, Durango.- Hasta antes de la década de los 50 eran otras las costumbres para celebrar el Día de Fieles Difuntos en el norte de la República mexicana. Por instrucciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se empezó a dar a conocer las bellas y ancestrales tradiciones en el sur y sureste mexicano.

Lo anterior lo explicó en forma magistral el jefe de enseñanza de la asignatura de Artes de la Secretaría de Educación del Estado de Durango (SEED), Carlos Felipe Yescas Gutiérrez, quien agrega: “Fue en la década de los 50 cuando la Secretaría de Educación Pública (SEP) propició que las bellas tradiciones del sur o sureste mexicano se dieran a conocer más intensamente en todas las escuelas del país y que los docentes socializaran nuestras bellas tradiciones, así se empezó a conocer la cultura del sur en el norte”, dijo Yescas Gutiérrez.

Respecto a la forma que se celebraba el día de difuntos antes de 1950 en el norte de México dijo el entrevistado: “En aquel entonces se tenía la costumbre de que los fallecidos en su momento se sepultaban, al siguiente año se sacaba su cráneo, se limpiaba muy bien, algunas personas hervían los cráneos para que quedara muy limpio y luego en la frente le ponían el nombre, por ejemplo, Melesio y estaba fuera de las tumbas de cada familia durante todo el tiempo, el 1 y 2 de noviembre se volvía a enterrar y así el año siguiente, eran tradiciones también ancestrales y muy respetadas”, dijo Carlos Felipe Yescas a diferentes alumno y docentes de secundarias.

Otro aspecto que también ha cambiado en la elaboración de altar de muertos, en relación del sur y el norte, es lo que se refiere a los alimentos y objetos personales que gustaban y utilizaban los fallecidos, ahora se coloca más comida, sigue la tradición de las flores, incluso de muchas variedades, cuando en el sur se colocan normalmente flor de cempasúchil, o flor amarilla, en relación al sol, para ser una guía al más allá.

Por: Jesús Martínez