Santiago Papasquiaro, Dgo. En un ambiente de recogimiento, fe profunda y emotiva participación ciudadana, concluyeron las celebraciones de la Semana Santa en Santiago Papasquiaro, dejando huella en el corazón de miles de santiagueros que, con fervor y devoción, vivieron cada uno de los momentos litúrgicos y tradicionales que dieron sentido a la Semana Mayor.

El viernes santo, en punto de las 8:00 PM, las calles del centro histórico se llenaron de silencio, solemnidad y lágrimas con la ya tradicional Marcha del Silencio, que por segunda ocasión fue encabezada por la milagrosa imagen del Señor del Santo Entierro. La procesión avanzó lentamente entre rezos, cantos y meditaciones, conmocionando a quienes la presenciaron y a quienes participaron activamente, hasta llegar al majestuoso Templo de Santo Santiago Apóstol. Ahí, la comunidad se reunió en torno al emotivo Rosario de Pésame, una ceremonia que logró unir a generaciones en un mismo sentir: la esperanza cristiana frente al dolor de la Pasión.

El Sábado Santo, nuevamente a las 8:00 PM, se llevó a cabo la solemne Vigilia Pascual, considerada como la madre de todas las liturgias. El fuego nuevo iluminó la noche santiaguera, seguido por la bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales, en un acto profundamente simbólico y lleno de vida. Más de dos mil fieles se congregaron en este acto que marca el renacer de la fe y el anuncio glorioso de la Resurrección.

El Domingo de Resurrección, las celebraciones concluyeron con alegría, color y creatividad. Después de las misas ordinarias, tuvo lugar la tradicional quema de Judas, en una expresión popular cargada de crítica, ingenio y humor. Las figuras de cartón, representando a personajes de la vida pública, especialmente del ámbito político, ardieron entre risas y aplausos, cerrando con fuerza simbólica esta Semana Santa que logró fusionar lo sagrado con lo cultural.

Cabe destacar la impecable organización de las actividades religiosas y tradicionales en distintos templos de la ciudad, en especial en el de Santo Santiago Apóstol, bajo la coordinación del presbítero Víctor Manuel Solís. El orden, la seguridad y el respeto se mantuvieron en todo momento, reflejando la madurez y el compromiso de la comunidad católica de Santiago Papasquiaro.

Estas celebraciones no solo reafirman la identidad espiritual del municipio, sino también su capacidad de convocar, unir y conmover profundamente a su gente, haciendo de la Semana Santa no solo una tradición, sino un testimonio vivo de fe y esperanza que renace cada año.