Santiago Papasquiaro, Durango.-El fallecimiento de José Manuel N., un joven de 13 años de edad causó gran consternación en la comunidad de Santiago Papasquiaro. Dicho incidente ocurrió el pasado lunes 16 de septiembre, luego de que el joven se ahogó en el caudaloso río Santiago.

José Manuel era un estudiante del segundo grado, perteneció a la secundaria «José Ramón Valdez», ubicada en el centro de la ciudad. La noticia de su partida dejó a sus compañeros y maestros profundamente afectados. «Era un buen compañero, siempre alegre y dispuesto a ayudar», mencionaron algunos de sus compañeros de clase. Para muchos, José Manuel no solo era un estudiante, sino un amigo cercano que se caracterizaba por su carácter jovial y su esfuerzo por salir adelante.

Los profesores de la institución también expresaron su dolor y recordaron al joven como un alumno participativo y entusiasta. «Era un chico alegre y juguetón, como todos sus compañeros. Es devastador pensar que no volveremos a verlo en los pasillos ni en las canchas donde solía jugar con sus amigos», señalaron sus maestros.

Según los reportes, José Manuel se encontraba en el río Santiago la tarde del lunes, cuando decidió cruzar el afluente. Desafortunadamente, a mitad del río el agua lo superó, por lo que desapareció ante la mirada de sus amigos, quienes intentaron auxiliarlo sin éxito. A pesar de los esfuerzos de los colonos, quienes solicitaron ayuda de manera inmediata, el joven no fue rescatado a tiempo.

El equipo especialista en rescate por parte de la Cruz Roja Mexicana, Delegación Santiago Papasquiaro, junto con Seguridad Pública y voluntarios locales desplegaron un operativo de búsqueda en el río. Finalmente, a las 7:05 de la tarde, tras una ardua labor se localizó el cuerpo del joven, sin vida. El prolongado tiempo que permaneció sumergido en las aguas hizo imposible su recuperación.

La tragedia dejó un profundo luto en la familia de José Manuel, al igual que entre sus compañeros de la escuela. Su partida prematura marcó un triste episodio que será recordado con dolor, no solo por aquellos que compartieron con él su vida escolar, sino por toda una comunidad que lamenta esta irreparable pérdida.

Por: Jesús Martínez