Hidalgo del Parral.- El día más esperado por quienes se dedican a la política; el de más temor por todos los demás.
Se llega el día en que las fuerzas partidarias y personas que buscan la silla, convierten las calles en un campo de batalla.
La cara amable de la moneda se encuentra en las instituciones encargadas de dicho proceso electoral, INE e IEE trabajan en invitar al voto.
Pero el temor se siente más allá de quienes ya tienen un puesto asegurado.
A voces calladas se escucha hablar de grupos de choque, personas que a capa y espada respaldarán su color y su partido.
Pero que es de aquel que trabaja la información, aquel que se conoce por tener una dedicación partidaria, aquel ciudadano que tal vez quiere ir a votar.
El temor se siente y no sabes por qué lado, de qué forma o en qué momento puedas ser tú al que le toque estar en el momento menos adecuado.
Las cámaras y micrófonos de los trabajadores de la información, tienes que ser custodiadas por personas dedicadas a la seguridad, asegurándose que quienes están a las espaldas no sean trabajadores con un color definido y arraigado.
El temor a salir a la calle, a buscar lo que da de comer a su familia, a los hijos que los esperan en casa, es sin duda latente.
Hablamos también de aquel ciudadano que tal vez quiere ir a las urnas a su voto efectuar, pero por todos lados se escucha que una persona fue golpeada o tal vez aún más. Ese ciudadano decide que su casa es su fuerte ante la calamidad.
Se dice ser el día más importante porque se elegiría quien tome las riendas de lo que a nosotros como ciudadanos nos ha de beneficiar.
Pero o odisea de dimes y diretes, pues la lucha haya afuera, es más grande que enfrentar la ciencia con la religión.
Se escuchan balazos, detenidos, retenciones, cateos, golpeados y lamentablemente hasta caídos.
Se espera que un color sea elegido con la cruz dentro del recuadro. Cruz que aunque de riza parezca, una estela roja a su marcar va dejando.
Es el miedo, es el temor, el clamor de un, por favor que esto de la elección acabe ya.
Que gane el mejor dicen haya arriba mientras las manos se aprietan. Acá abajo se ve como se arrancan las playeras por ver triunfar a su futuro empleador.
2 de junio, día de historia, historia de victoria para quienes no estuvieron con la so sobra de ta solo salir a votar.
Llegará el día en que las elecciones tradicionales y de boleta sean obsoletas. Porque será el día en el que solo realicen el sufragio los que serán acomodados.
El ciudadano cada vez sale menos a votar y no es coincidencia, flojera o desinterés.
Se ha convertido en el miedo colectivo que con la frase “nombre para qué votar no vaya a ser que hasta a mí me vayan a un mal golpe dar».
Líneas escritas desde la analogía del ver y escuchar para conocer, La Paz tal vez algún día la veas llegar, pero el 2 de junio nunca será. Porque es y será el día que todo se podrá.