Por: Víctor Salas
Es importante mencionar que, el trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras, esto definitivamente causa problemas en la interacción social y la comunicación. El trastorno también comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos. El término «espectro» se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad.
Sobre esta temática, la Asociación de Padres de Hijos Autistas de Durango, invitaron a la ciudadanía en general, a observar la exposición de pintura que personas que padecen del espectro autista, presentarán el sábado 2 de abril a las 17:00 horas en el primer patio del Museo de Villa.
Una mirada a mi mundo, es el nombre de esta actividad la cual es interesante pero sobre todo, está realizada con la mejor intención, así lo manifestó, Teresa Carolina Antuna Montes, coordinadora de terapeutas y Rocío Santillán Rentería, presidenta.
El trastorno del espectro autista comienza en los primeros años de la infancia y, a la larga, provoca problemas para desenvolverse en la sociedad, por ejemplo, en situaciones sociales, en la escuela y el trabajo. Los niños suelen presentar síntomas de autismo en el primer año. Un número reducido de niños parecen desarrollarse de forma normal en el primer año y luego pasan por un período de regresión entre los 18 y los 24 meses de edad, cuando aparecen los síntomas de autismo.
Si bien no existe una cura para los trastornos del espectro autista, un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños.
Algunos niños presentan signos de este trastorno en la primera infancia, como menor contacto visual, falta de respuesta cuando los llaman por su nombre o indiferencia ante las personas responsables del cuidado. Otros niños pueden desarrollarse normalmente durante los primeros meses o años de vida, pero luego repentinamente se vuelven introvertidos o agresivos o pierden habilidades del lenguaje que habían adquirido. En general, los signos se observan a los dos años.