Ante la proximidad de la marcha del 8 de marzo (8M) por el Día Internacional de la Mujer, el gobernador Esteban Villegas Villarreal expresó su opinión respecto a las manifestaciones y las pintas que suelen realizarse en edificios históricos. “Me gustaría que no pintaran, pero las entiendo”, declaró el mandatario al ser cuestionado sobre el tema.

El gobernador reconoció que la iconoclasia genera problemáticas administrativas y burocráticas en la restauración de monumentos y edificios emblemáticos del Centro Histórico, como la Catedral de Durango, la cual cuenta con un seguro que limita las acciones de limpieza inmediata. «Si eso fuera tan sencillo, al otro día tendríamos limpia la ciudad», explicó.

Comprensión y respeto a la manifestación

A pesar de su postura respecto a las pintas, Villegas Villarreal subrayó su respeto absoluto por las movilizaciones feministas y sus motivos. “Si me pasara algo con mi madre, mi hermana o mi esposa, también sentiría esa frustración”, comentó, refiriéndose a los casos de violencia de género que afectan a las mujeres en la entidad.

El mandatario también mencionó que, aunque algunas personas se infiltran en las protestas para generar disturbios, su administración no tomará represalias contra las manifestantes. “Sabemos quiénes son, pero no ha habido repercusiones”, afirmó.

Sobre el tendedero de denuncias

En relación con las actividades planeadas para la marcha 8M, el gobernador mencionó la instalación de un tendedero de denuncias, donde las mujeres exponen a presuntos acosadores. “Estoy 100% en contra del acoso en cualquiera de sus expresiones. Si ellas no pueden denunciar por miedo, entiendo que lo hagan así”, dijo, aunque también hizo un llamado a que no se publiquen informaciones falsas que puedan perjudicar injustamente a personas inocentes.

Finalmente, reiteró su compromiso con el respeto a la protesta social y la lucha por los derechos de las mujeres. “Lo más complejo no es limpiar una fachada, sino limpiar la vida de una mujer de la violencia que enfrenta”, concluyó.

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Por: Antonio Gaytán