La vida dentro del closet no tiene sentido, no hay amor y no hay vida; pero la vida afuera es peligrosa, hay odio, rechazo y la muerte ronda; en cualquier caso, hay que ser muy valientxs para dar la pelea por la felicidad. “Jotear también es ser revolucionario” son las palabras que resonaron en la Plaza de Armas, donde colectivos de la diversidad sexual honraron a quienes han muerto a causa de la homofobia; para ellos se encendieron velas, luego vino un minuto de silencio.
En el marco del día mundial del combate a la homofobia, integrantes de la diversidad encendieron velas. La luz de la lucha, del recuerdo, de la esperanza, la de no rendirse.
En su mensaje, los representantes de los colectivos señalaron: sabemos que falta mucho para que las instituciones públicas y privadas respeten nuestros derechos; para que no se nos insulte; para que las familias comprendan y la sociedad sea empática.
Recordemos que nuestro movimiento es político y social, porque “jotear es también ser revolucionario” enfrentando al sistema lleno de prejuicios y estigmas. Porque, la democracia en los gobiernos es para construir avances y nunca para retroceder, es algo básico en materia de Derechos Humanos.
Lo primero que debemos decir es que no es normal vivir sin derechos de protección para las personas LGBTTTIQ+. El concepto violencia de género es también para nosotres, ya que, cada año sufrimos asesinatos, violencia machista, violencia física y verbal. Nuestra comunidad en Durango ha sufrido históricamente por tener una determinada identidad, la violencia existe.
La violencia la sentimos a diario y la vemos con los asesinatos de duranguenses que se cierran como crimen pasional, Lo vemos en la dificultad que tiene las personas trans para ver reconocida su identidad, ante las instituciones educativas y la vemos cuando se margina a las infancias por no dejarlos ser felices y los humillan.
La violencia está en la reacción social al observar y murmurar de las personas trans, o al ver a dos mujeres besándose. Permanecer ciegos ante la discriminación, lo único que significa es perpetuar que se nos borre de la sociedad y eso por parte del sistema es un acto de cobardía.
Finalmente señalaron que “ojalá” un día, los derechos se normalicen sin ser cuestionados y que los gobiernos no se abstengan de cumplirlos porque eso es lo más peligroso.
Por: Brenda Maurer