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La memoria incómoda del Fobaproa

05/02/2024 - Hace 10 meses en Durango Estado

La memoria incómoda del Fobaproa

Local | 05/02/2024 - Hace 10 meses
La memoria incómoda del Fobaproa

Por: Karla Tinoco

Cuando nace una mexicana o mexicano adquiere una deuda de 8 mil 704.40 pesos que deberá pagar a lo largo de su vida. El concepto es correspondiente al Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) aprobado hace 25 años.

Ese monto adquirido el 12 de diciembre de 1998 y aprobado por los legisladores federales del PRI y PAN ascendió de 552 mil 300 millones de pesos a un billón 96 mil 877.7 millones de pesos en 2023, según datos del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB).

Si dividimos la deuda actual entre los 126 millones 14 mil 24 habitantes que hay en México, según el último censo del INEGI (2021), sabremos que cada persona nace con una deuda adquirida que, más allá de bajar, puede subir por la tasa de interés.

Como cada año, la Cámara de Diputados destinó en el Presupuesto de Egresos de la Federación una partida especial asignada en el ramo 34 por 62 mil 489 millones 435 mil 883 pesos a los programas de apoyo a los ahorradores y deudores de la banca (antes Fobaproa).

La historia de este fraude no nació con el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León, pues las implicaciones sociales y políticas que se vivían en 1994 impactaban severamente en el tema económico.

Investigadores políticos y económicos señalan que desde 1981 los precios del petróleo comenzaron a bajar, teniendo como consecuencia que los capitales mexicanos comenzaran a salir. Además, las tasas de interés también incrementaron junto con el tipo de cambio del dólar.

Jesús Enrique Torres, académico del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), recuerda las medidas drásticas impuestas por el Gobierno federal de la época de los años 80’s.

“Tenemos que plantearnos que Salinas de Gortari, llegó al poder por un fraude en contra de Cuauhtémoc Cárdenas, porque Miguel de la Madrid nos había impuesto un programa de ajuste brutal: congelar los salarios mínimos, disminuir el gasto público en educación y en salud, y la privatización”, señala.

Durante el gobierno de Salinas de Gortari se implementaron programas sociales como Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), que buscaba aumentar el nivel de vida de los grupos sociales más vulnerables de las zonas rurales y urbanas, cuyas condiciones de pobreza se habían agravado por la crisis de los años 80´s.

Además, otros factores sociales influyeron en la disminución económica del país. El EZLN se levantó en armas el 1 de enero de 1994, el día que entró el vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), exigiendo la protección a los derechos agrarios de las comunidades indígenas y garantías en sus derechos sociales.

Unos meses después, el entonces candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio Riojas, fue asesinado en un mitin en Tijuana, Baja California. En septiembre de ese mismo año, el entonces secretario General del PRI, José Francisco Ruiz Massieu fue ejecutado por un sicario contratado por Manuel Muñoz Rocha y Fernando Rodríguez González, ambos ex legisladores del PRI.

En medio de la apertura comercial que tenía México en todo el mundo y antes de que estallara la crisis económica el entonces presidente tenía planeados varios proyectos al terminar su sexenio, asegura Jesús Enrique Torres, profesor del ITD.

“Hace de manera maquiavélica que el peso se sobrevalue artificialmente y lo hizo porque él aspiraba a la Organización Mundial de Comercio, por lo que no le convenía una devaluación en su sexenio”.

Del sueño a la pesadilla

A pesar de algunas advertencias que habrían hecho los analistas financieros respecto a la situación económica por la que atravesaba el país, el programa Solidaridad mantenía ‘encantados’ a los mexicanos. El entorno económico se mantenía en un sueño, dice Jesús Enrique Torres:

“Salinas de Gortari sobrevaluó el peso, mucha gente se iba a la frontera y compraban cosas allá. Los grandes ricos viajaban por todo el mundo y compraban joyas, yates, etc. La clase media se endeudaba comprando carros, casas”.

El mismo sueño de bienestar también lo vivió Reinaldo Dosal Ibáñez, empresario y ex presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco):

“Esto pasó en carne propia. En el sexenio de Salinas de Gortari, se nos dijo a través de todos los medios de comunicación: “pidan créditos”, “los pequeños empresarios pueden llegar a crecer” y había una facilidad tremenda para otorgar créditos a través de tarjetas, préstamos, hipotecarios, automotrices o comerciales que presentaban tasas muy favorables. Si a ti te lo está diciendo el presidente de la República, que te endeudes, ¡pues te endeudas! y a parte da la facilidad con el poder de su firma”.

Dosal Ibáñez fue uno de los emprendedores que aprovechó para sacar un crédito que beneficiara a sus negocios y a su familia.

“Yo solicité un crédito de 500 mil pesos para liquidar mi casa y pensé: ‘hasta me queda dinero para trabajar’.

Sin embargo, la realidad que vivían las clases media y baja era muy distinta a la alta sociedad, pues diversos empresarios allegados a Carlos Salinas de Gortari se vieron beneficiados sin tener repercusiones tan graves, como el resto de los mexicanos.

Al poco tiempo, Jaime Serra Puche, ex secretario de Hacienda y Crédito Público, reveló la realidad económica por la que atravesaba el país:

“El problema fue cuando en enero empiezan los bancos a mandarnos llamar a los deudores para ponernos en claro lo que había pasado. Ahí empezó la escalada de intereses tan alta, que yo si debía 400 mil pesos al mes de junio aumentó a 1 millón 300 mil pesos. Era impagable.

Por un lado, los préstamos que otorgaron los bancos fueron con dinero de los ahorradores y ellos empezaron a pedir su dinero y empezó a haber fuga de capitales, por lo que el país estaba colapsando totalmente”, explica Reinaldo Dosal.

Si la situación en México era difícil, en Durango también estaba acentuada. Incluso, hubo quienes perdieron sus bienes.

“En Durango sí hubo gente que perdió su casa porque no pudo pagarla y la tuvieron que devolver. También hubo gente que perdió su dinero y no nos pegó tanto, porque Durango no representa económicamente mucho, la verdad”, recuerda Jesús Enrique Torres.

¿Ernesto Zedillo pudo tener otra opción?

De 1994 a 1998 el quiebre de empresas, bancos, devaluación del peso y poca actividad comercial, entre otros factores influyeron para que Ernesto Zedillo propusiera una iniciativa a la Cámara de Diputados para crear el Fondo Bancario de Protección al Ahorro en el que la deuda privada se hizo pública.

Para el ingeniero Jesús Enrique Torres, a la salida de Salinas de Gortari del poder, la bomba estaba a minutos de estallarle a Zedillo y no había otra opción.

“Era muy difícil, porque Zedillo prefirió que la devaluación viniera al inicio de su sexenio que al final. Al final, no sé cómo le hizo, pero terminó su sexenio con una popularidad no tan mala. Zedillo y Salinas de Gortari se pelearon por eso, y para mí Fox ganó con el apoyo de Zedillo porque Salinas de Gortari se quería imponer”.

Con ello también coincide Reinaldo Dosal, pues al estar quebrados los bancos, se requería mayor flujo económico.

“No había alternativa, porque como nos habían metido una idea toda la gente estaba endeudada y los bancos no tenían el dinero de los ahorradores, ni de los jubilados, ni de las pensiones”.

Los amigos del presidente

En 2001, después de aprobarse el Fobaproa, el entonces secretario José Antonio Magallanes reveló una lista de 745 nombres de personas y empresas que habrían sido beneficiadas con el rescate multimillonario.

Entre ellos se hicieron públicos los nombres de empresarios ligados al PRI y al PAN como: Carlos Abascal Peniche, Santiago Creel Miranda, Claudio X. González Laporte, Jorge Hank Rhon, Vicente Fox Quezada, Alfredo Miguel Afif, Raymundo Gómez Flores, Carlos Barrón, la familia Ballesteros Franco, entre otros.

Entre los consorcios y firmas beneficiadas fueron Salinas y Rocha, GUTSA DINA, Estrella Blanca, Hoteles Aristos, Lusa Peralta, Hermes, SIDEC, Mex-Lub, PYCSA, Tribasa, Grupo Promotor Inversiones de México, Grupo Mexicano de Desarrollo, Grupo Calzado Canadá, Evamex, entre otras.

Una deuda que no se acaba

A finales de noviembre pasado el coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, Rubén Moreira Valdez, propuso que 50 mil millones de pesos se destinaran al Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) para ayudar al estado de Guerrero tras el paso del huracán “Otis”.

“Yo les pido que no le demos 50 mil millones de pesos a los banqueros, no se los merecen, lo están ganando en comisiones y este país es un paraíso para los banqueros y ¿todavía les vamos a dar el Fobaproa? que 50 mil millones de pesos se vayan para Guerrero, que se vayan para Acapulco. Háganle caso al señor presidente, ¡el Fobaproa es un robo!”, dijo respaldado de las bancadas del PAN Y PRD.

Para el catedrático del Instituto Tecnológico de Durango, Jesús Enrique Torres, asegura que la propuesta legislativa que hizo el priista obedecía a un engaño:

“Claro que era una trampa. Mis hijos, mis nietos y hasta mis tataranietos, van a seguir pagando esa deuda”.

Previo a su visita a México como ponente en el foro privado de la empresa Actinver, el ex presidente Ernesto Zedillo fue cuestionado por Andrés Manuel López Obrador respecto al Fobaproa:

“¿Por qué convirtió la deuda privada de unos cuantos en deuda pública?”, calificando de neoliberales las reformas que realizó durante su periodo como presidente.

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Richard Ibarra

LCyTC. Amante del periodismo desde 2010. Jefe de Información y Editorial local de Grupo Garza Limón. Actualmente conduce Notigram 'El Resumen Semanal' y el programa de análisis Zona de Debate.

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