Durango se ha convertido en el epicentro de la dulzura este 14 de febrero, pues en sus fábricas se elaboran miles de las icónicas paletas de corazón que se distribuyen por todo el país. Artesanos y trabajadores locales dedican semanas a la producción de estas golosinas, que simbolizan amor y amistad, llevando un pedacito de su esfuerzo y tradición a millones de mexicanos.

Durango: el corazón de la producción

En distintas fábricas y talleres de Durango, cientos de empleados se dedican a la elaboración de estas paletas, cuidando cada detalle desde la mezcla del caramelo hasta el empaque. Empresas locales, algunas con más de 30 años de trayectoria, han logrado consolidarse como líderes en la producción de estos dulces, siendo proveedores clave para tiendas y supermercados en todo México.

Un impulso para la economía local

La alta demanda de paletas durante la temporada de San Valentín genera empleo para cientos de familias en Durango. «Nos llena de orgullo saber que lo que hacemos con nuestras manos lleva felicidad a muchas personas. Detrás de cada paleta hay un equipo que trabaja con mucho amor», comenta María Fernanda Reyes, trabajadora de una de las fábricas.

Un dulce símbolo de amor y amistad

Las paletas de corazón hechas en Durango no solo son un producto, sino un símbolo de conexión entre personas. Cada mordida representa un gesto de cariño, un detalle que se comparte entre amigos, parejas y familiares. Su presencia en kioscos, tiendas y supermercados se ha convertido en una tradición infaltable de cada 14 de febrero.

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