El acecho no es un simple inconveniente, es una forma de violencia que genera miedo, vulnerabilidad y daños psicológicos profundos, especialmente en mujeres. Así lo advirtió la diputada local Dany Soto, del PRI, al presentar una iniciativa para reformar el Código Penal del Estado de Durango y reconocer el acecho como delito autónomo.
Desde la tribuna, la legisladora subrayó que esta forma de violencia ha sido ignorada durante años, a pesar de sus efectos devastadores. “Muchas mujeres cambian sus rutinas, su número de teléfono, sus redes sociales o incluso se mudan por miedo. Viven en un estado de alerta constante por ser vigiladas, seguidas o contactadas sin consentimiento”, expresó.
El acecho puede ir desde mensajes persistentes hasta vigilancia encubierta o acercamientos físicos no deseados. Aunque no siempre tiene un componente sexual, busca intimidar, controlar o manipular emocionalmente a la víctima. Se diferencia del acoso u hostigamiento y, por ello, requiere un tratamiento penal específico, explicó Soto.
“Es una violencia insidiosa y creciente que afecta sobre todo a las mujeres. Vivimos en una sociedad que aún permite que estas conductas queden impunes, normalizadas o invisibles. Tipificar el acecho es reconocer el derecho de todas a vivir sin miedo”, dijo.
La diputada resaltó que países como Estados Unidos y algunos estados mexicanos ya han dado pasos en este sentido, y que Durango no puede quedarse atrás si aspira a ser un estado que garantice una vida libre de violencia para todas las personas.
Por: Antonio Gaytán