El presidente Donald Trump firmó una serie de decretos para promover la energía nuclear civil en Estados Unidos, en respuesta a la creciente demanda de electricidad para centros de datos e inteligencia artificial.

Estas órdenes ejecutivas buscan reducir las regulaciones y acelerar el proceso de concesión de licencias para reactores y centrales nucleares. Actualmente, este proceso puede tardar varios años debido a los estrictos controles de seguridad, lo que ha desalentado el desarrollo de nuevos proyectos.

Trump ha instado a la Comisión Reguladora Nuclear Independiente a disminuir las regulaciones para facilitar la concesión de licencias en un plazo de 18 meses. Estas medidas, apoyadas por el secretario del Interior Doug Burgum, están diseñadas para revitalizar la industria nuclear estadounidense, que cuenta con 94 reactores operativos con una media de vida de 42 años.

Se espera que los departamentos de Energía y Defensa colaboren en la construcción de centrales nucleares en terrenos federales, con el Pentágono jugando un papel clave en estos procesos.

Además, el plan incluye impulsar la producción y enriquecimiento de uranio en el país.

Repercusiones políticas y medioambientales

Las iniciativas de Trump han recibido apoyo de sectores demócratas y republicanos, quienes ven en la energía nuclear una solución para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecer la seguridad energética del país.

La administración considera estos pasos esenciales para enfrentar la emergencia energética nacional y competir en la carrera de inteligencia artificial con China.

Estados Unidos lidera el sector nuclear civil a nivel mundial, seguido de cerca por Francia y China, mientras que Rusia se destaca como el principal exportador de plantas nucleares. La Casa Blanca busca que estas reformas estén en marcha antes del final del mandato actual.

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