La exportación de ganado duranguense a Estados Unidos ha sido restablecida permitiendo que 55,000 familias ganaderas recuperen su certidumbre económica, destacó el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR), Jesús López Morales.
La suspensión temporal se debió a un cambio en los protocolos sanitarios por la presencia de gusano barrenador en el sur del país, lo que generó un rezago de 45,000 becerros listos para cruzar la frontera.
Gracias a las gestiones del gobernador Esteban Villegas, el estado de Durango ha reanudado la venta de ganado en pie hacia Texas. Actualmente, 200 cabezas de ganado cruzan diariamente por la cuarentenaria de San Jerónimo, Chihuahua, y se espera un aumento en los envíos conforme se autoricen más puntos de cruce.
Exportación de ganado duranguense: avance y retos
El proceso de exportación de ganado enfrenta estrictos controles sanitarios. Durante la pausa, se implementaron medidas adicionales para evitar heridas en los becerros, ya que cualquier lesión puede resultar en el rechazo del animal al intentar cruzar la frontera. La supervisión en los corrales de exportación ha sido clave para cumplir con las normas impuestas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Además de San Jerónimo, se busca autorización para exportar a través de las cuarentenarias de Ojinaga y Palomas, Chihuahua. La apertura de estos puntos permitiría agilizar la salida del ganado rezagado, beneficiando directamente a los productores duranguenses.
La suspensión de la exportación de ganado tuvo un impacto económico severo en las 55,000 familias ganaderas de Durango. Antes de la pausa, el kilo de becerro se vendía a 140 pesos, pero la interrupción del comercio internacional hizo que el precio cayera hasta los 85 pesos, reduciendo significativamente las ganancias de los productores.
Además, la pausa obligó a los ganaderos a mantener a sus becerros alimentados y en óptimas condiciones sin poder exportarlos, lo que generó costos adicionales. Algunos se vieron forzados a vender su ganado en el mercado nacional, donde los precios son mucho más bajos, afectando su rentabilidad.
Las subastas semanales de becerros también reflejaron la crisis. Antes de la suspensión, se vendían entre 700 y 1,000 cabezas por evento, pero durante la pausa la cifra bajó a solo 100-200 cabezas. La reapertura de la exportación no solo reactiva la economía del sector, sino que también devuelve la certeza a miles de familias que dependen directamente de esta actividad.
El futuro del ganado duranguense en el mercado internacional
Para consolidar la presencia del ganado duranguense en Estados Unidos, se está impulsando un nuevo modelo que agregue valor a la carne, permitiendo exportarla en cortes especializados en lugar de venderla solo en pie.
El rastro TIF de Durango es clave en esta estrategia, ya que cuenta con la infraestructura necesaria para procesar carne y venderla en cortes empacados al alto vacío. Sin embargo, su capacidad operativa aún no ha sido plenamente aprovechada. Se están desarrollando planes para optimizar su funcionamiento, lo que abriría nuevas oportunidades comerciales para los productores.
Durante la reciente reunión Binacional en San Antonio, Texas, se identificó una gran demanda de carne mexicana en cortes. Sin embargo, Durango sigue rezagado en esta área, lo que representa un reto y una oportunidad para los ganaderos locales.
Si se logra implementar este modelo de negocio, los productores podrían obtener mayores ganancias al eliminar intermediarios y vender productos con valor agregado directamente al mercado estadounidense.
En conclusión, la reapertura de la exportación de ganado no solo representa un respiro económico para Durango, sino que también abre nuevas oportunidades para modernizar el sector y mejorar la competitividad de los productores. Con la recuperación del mercado y el fortalecimiento de la infraestructura, las 55,000 familias ganaderas pueden ver un futuro más estable y próspero.
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