Para las nuevas generaciones la Semana Santa ya es algo pasado de moda y eso repercute en la economía, porque se está perdiendo la tradición de la comida propia de la temporada, por consecuencia, la venta de los productos típicos ha caído drásticamente año con año hasta un 80 por ciento, señaló Teófilo Chairez Ramírez.
Para las generaciones anteriores la Semana Santa era un periodo de guardar, de reflexión al recorrer los templos y de preparar alimentos típicos de la fecha. Hoy los jóvenes esperan estos días, pero para irse de vacaciones y hacer desmanes; y en cuestión de los alimentos ya ni los conocen.
“Si ahorita les decimos que hay que comer pipián, chuales, garbanzos, torrejas, habas, y en general, lo tradicional; no saben de que les hablas”.
Dijo que al perderse la tradición religiosa también se pierden las costumbres gastronómicas porque quienes consumen esos platillos, solo somos los de 40 y más. Desde hace una década o un poco más, las ventas se han caído drásticamente entre un 70 y 80 por ciento. Para darse nos una idea, si antes comprabas una tonelada de lentejas, ahora compramos 100 kilos y se queda la mitad.
Finalmente, comentó que la mayoría de los productos que se ingieren en estas fechas, como son las lentejas, los garbanzos y otros, son de importación; de tal manera que la sequía que se vivió en 2023 no es algo que impacte en la producción de los mismos.
Por: Brenda Maurer