Santiago Papasquiaro, Durango.-Amenazó con matarse el que asesinó a su pareja sentimental, luego de que se vio rodeado por los policías que llevaban la orden de aprehensión en su contra.
Donde amenazó con matarse el que asesinó a su pareja, es en el monte donde se ocultaba al saberse perseguido por la ley.
Se trata de Felipe, de 63 años de edad, quien la noche del 14 de marzo asesinó a balazos frente a su propia hija de 10 años, a su pareja sentimental Josefina Alvarado Monárrez, de 36.
La persecución
Justamente después de los hechos que ocurrieron durante la noche en calle Mirasol, de la colina CNOP, frente a las albercas, por el camino al poblado El Barrial, de Santiago Papasquiaro, Durango, las corporaciones policiacas comenzaron a buscarlo.
Al pasarse el término de la flagrancia, el agente del Ministerio Público integró la carpeta de investigación, para solicitar al juez la orden de aprehensión correspondiente.
En su momento, se dijo que, el presunto homicida tenía su domicilio en el poblado San Nicolás, de ese municipio.
Pero también se dijo que vivía en privada Ignacio Morones Prieto, de la colonia España, en la cabecera municipal de la ciudad pinolera.
Por lo que, cuando el día 16 el juez emitió el mandato judicial por el delito de homicidio calificado, lo buscaron en esas partes, sin que lograran encontrarlo.
Con el documento en mano, los agentes de la Policía Investigadora de Delitos (PID), lo buscaban por diferentes lugares.
La captura
El martes, a eso de las 12:00 horas, los agentes de la PID, con el apoyo de policías estatales y municipales, lograron saber que, en El Cerro del Zapato, cerca de la presa de La Máquina, alguien se ocultaba entre el monte.
Por eso se trasladaron hasta ahí, donde encontraron entre unos matorrales al prófugo de la justicia.
Te puede interesar: Volcadura en curva dejó a matrimonio y raitero graves (video)
Al verse descubierto, Felipe trató de correr, pero estaba rodeado por el personal policiaco, por lo que se llevó a la cabeza la pistola escuadra con la que mató a su pareja.
Gritó a los agentes que si no se retiraban se mataría, ante lo que inició la labor de convencimiento de parte de los representantes de la ley.
Sin embargo, los agentes le insistían que no valía la pena que se quitara la vida, que se entregara, que tendría un juicio justo y al cabo de un rato lograron convencerlo, aventó al suelo el arma y levantó las manos.
Enseguida uno de los elementos aseguró la escuadra y otros le mostraron el mandato judicial en su contra, le leyeron sus derechos y colocaron las esposas.
Posteriormente, lo subieron a una de las unidades, para trasladarlo a la ciudad de Durango e ingresarlo al Centro de Reinserción Social (Cereso) número uno, donde quedó a disposición del juez, y del que no saldrá hasta que cumpla la larga condena que le dictará, si es que le alcanza la vida, ya que cuenta con 65 años de edad.
Te puede interesar: Hombre mató a su pareja con el cable de un cargador de celular