Canatlán, Durango.-Detallan el brutal asesinato de don Raúl a manos de su hijo, son los que se conocen una vez que las autoridades platicaron con algunos de sus familiares.
Los detalles del brutal asesinato de don Raúl a manos de su hijo, revelan la forma despiadada en la que el individuo drogado acabó con la vida de su propio padre.
Como se lo dimos a conocer en su oportunidad, los hechos ocurrieron en el poblado J. Cruz Gálvez, conocido como Cañas, Canatlán, Durango, cuando Fidel, de 37 años, asesinó a su papá Raúl Rodríguez Avitia, de 80, lo quemó, sacó el cuerpo de su casa, lo amarró y a silla de caballo lo arrastró varios kilómetros, para luego abandonar sus restos en un llano, donde lo semidevoró la fauna carroñera.
Versión del hermano
La versión que proporcionó a las autoridades el señor Pablo Rodríguez Avitia, de 74 años, hermano de don Raúl, es la siguiente:
A eso de las 01:00 horas del miércoles, Pablo llegó a su casa, que está contigua a la de su hermano, y al asomarse al corral, observó una fogata u hoguera, a la que su sobrino Fidel arrojaba muchas cosas, pero no vio a su hermano.
Luego se acostó a dormir, pero como a las 08:00 horas lo visitó otro sobrino llamado Miguel Ángel, quien le informó que don Raúl no estaba en la casa.
Y es que este familiar se encargaba de darle sus alimentos a su tío, por lo que al llevarle el desayuno, le extrañó no encontrarlo.
Preocupados lo buscaron por toda la casa y observaron sangre cerca de una de las puertas, así como evidencias de que algo arrastraron, ante lo que siguieron la huella.
El rastro de sangre los llevó a tío y sobrino hasta un llano denominado La Laguna, donde observaron varias auras, buitres o zopilotes que devoraban algo.
Al aproximarse, los animales volaron y quedaron aterrorizados cuando observaron que, lo que las aves de rapiña devoraban era el cuerpo de don Raúl.
Ellos observaron que el cadáver estaba carcomido de la cintura hacia abajo, que no tenía ojos y parte de la cara muy deteriorado, además de huellas de quemaduras.
Avisan a las autoridades
Para que tonaran conocimiento, avisaron a las autoridades y tras breves investigaciones, quedó al descubierto que Fidel, en vida, aventó a su padre a la hoguera, luego de quemarlo, lo amarró y con un caballo lo arrastró por varias calles del pueblo.
A cabeza de silla se lo llevó hasta el paraje La Laguna, donde lo abandonó para escapar del lugar, al amanecer las auras lo empezaron a devorar, hasta que hermano y sobrino descubrieron los restos de don Raúl.
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