Un niño de 13 años  de edad dice que dio un balazo por accidente, pero primero manifestó que se encajó un palo.

El caso del niño de 13 años que dice que se pegó un balazo por accidente, lo investiga la policía para llegar hasta la verdad.

La historia de este caso se conoció, cuando durante los primeros minutos de este viernes, ingresó un menor de edad al Hospital General de Santiago Papasquiaro, Durango.

Aldo, es su nombre, tiene su domicilio en el poblado Cuevecillas, y lo acompañaba su madre Matilde, de 33 años.

Fue esta mujer la que al llegar el personal de la Fiscalía General del Estado (FGE), desplegado en esta región, le dio su versión:

Señaló que como a las 18:00 horas del jueves, su hijo le avisó que saldría de cacería junto con su primo José Manuel, este de 18 años.

Los dos salieron y se llevaron un rifle calibre 22, pero unas dos horas después regresaron a la casa y Aldo llevaba una herida en el brazo derecho.

Ella le preguntó que le sucedió y manifestó que se cayó a un barranco y que se le clavó un palo, por lo que lo trasladó al Hospital General de Santiago.

Al revisarlo los doctores, descubrieron que se trataba de una herida de bala, se lo comunicaron a la mujer y ella exigió a su hijo que le dijera la verdad.

Fue entonces que le dijo que se dio un balazo accidentalmente, por lo que la PID recogió el arma y se realizan las investigaciones, en tanto que al menor lo trasladaron al ISSSTE.

Finalmente quedó al descubierto que el niño sacó el rifle a escondidas de su mamá y que  accidentalmente se lesionó al poner su brazo sobre el cañón del rifle,  cuando lo descansó con la culata en el suelo.

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