Cuencamé, Durango.- Salió de Coahuila a Durango y encontró la muerte, ya que su intención era visitar a su abuelita materna.
Quien salió de Coahuila a Durango y encontró la muerte, era un joven que, con frecuencia, solía hacer ese viaje.
Joel Rolando Espinoza Ceniceros, quien tuviera 19 años de edad, cuyo cuerpo lo acaba de reconocer y reclamar su señora madre.
Antecedentes
Sobre el caso, el día dos de abril en la mañana escribimos la siguiente nota:
Hallaron cadáver en la carretera, por lo que las autoridades investigan para saber lo que sucedió.
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El hallazgo lo realizaron unas personas en la carretera de Durango a Gómez Palacio, en el tramo de Cuencamé, a la citada ciudad lagunera.
La institución refiere que, fue exactamente a la altura del kilómetro 193 más 300 metros, donde hallaron a la persona tirada a un costado de la cinta asfáltica.
Luego avisaron al número de emergencias 911, por lo que se trasladaron al lugar elementos de la Cruz Roja y de las corporaciones policiacas.
Los paramédicos de la benemérita institución, no le encontraron signos vitales, por lo que solicitaron la presencia del personal de la Vicefiscalía de la Laguna.
Médico legista, perito, agente del ministerio público y policías investigadores llegaron al escenario de los hechos, y comenzaron a realizar las diligencias propias del caso.
Entre éstas, el levantamiento del cuerpo para trasladarlo al anfiteatro, con el fin de practicarle la necropsia de ley.
Lo identifican
Desde entonces, el cuerpo permanecía sin identificar en el Servicio Médico Forense (Semefo), hasta el día de ayer que acudió una mujer que tenía un hijo desaparecido, quien pidió se lo mostraran.
Ella manifestó llamarse María de Lourdes Ceniceros Sarabia, de 44 años, con domicilio en calle Gabriel García Márquez, de la colonia Villas San Agustín, Torreón, Coahuila.
Al mirarlo, lo reconoció como su hijo Joel Rolando Espinoza Ceniceros, de 19 años, quien el 31 de marzo salió de su casa para viajar a Velardeña, municipio de Cuencamé, para visitar a su abuelita María Guadalupe Sarabia Contreras.
Luego de reconocerlo, reclamó el cuerpo para llevarlo a su tierra, velarlo y darle cristiana sepultura.