Pueblo Nuevo, Durango.- Una terrible balacera que se registró en una fiesta de 15 años dejó cuatro muertos, entre ellos, el padre de la jovencita, dos muchachos y el papá de estos, pero también quedaron varios heridos.

Fue en el poblado El Desmonte, Pueblo Nuevo, Durango donde ocurrió la terrible balacera en la celebración de  los 15 años de vida de una lugareña.

Aunque los hechos ocurrieron hace ya casi ocho años, entre los dolientes hubo una familia que sacó la peor parte.

Esa familia compuesta por 11 integrantes, el matrimonio y nueve hijos, quedó marcada para siempre, ya que en la fatídica fecha murió el jefe de la misma, dos de los herederos y otro par quedó al borde el sepulcro.

Por el otro lado, falleció el padre de la quinceañera y otro familiar quedó herido, pero también surgió el rencor entre los sobrevivientes.

La historia

Son las parientes de estos las que estuvieron en esa terrible y mortal balacera, que además quedaron marcadas para siempre por haber perdido a sus seres queridos, las que recuerdan los hechos como si hubieran ocurrido ayer.

Y es por eso que, fijando su vista en el pasado, justo en la noche del 12 de diciembre de 2014 comenzaron a platicar lo que sucedió en la fiesta donde había pura familia, algunos de ellos hasta compadres.

La quinceañera

Esa fecha, Manuela González Leyva y  Claudio Flores Cabrera festejaban los 15 años de  su hija María Guadalupe, cuyos invitados fueron prácticamente puros familiares, entre cercanos y lejanos.

Eran aproximadamente las 21:00 horas, cuando se sirvió la cena de asado, arroz y frijoles charros, con la que también festejaban a la quinceañera por su santo,  como la Lupita que es.

Para no estar a oscuras, se alumbraban con una planta solar y los faros de una camioneta, en tanto usaban un modular para tocar la música.

El problema lo iniciaron mujeres

Todos los asistentes apuraban la cena para que la festejada rompiera el baile, cuando, cosa rara, fueron dos mujeres las que iniciaron el problema.

Esto comienza cuando la joven Yolanda Ruiz Alemán le cobra 200 pesos a Leopolda Sarabia Ramírez, una viuda del pueblo a la que apodan «La Muñeca».

Eso originó una discusión, a la que le siguieron los golpes, por lo que el señor Claudio, el padre de Lupita, trató de desapartarlas, pero no lo logró.

Fue entonces que intervino su primo y compadre, Antonio Sarabia Silva, quien sí logró tranquilizar la situación, pero eso originó una discusión entre los varones.

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Se hace la balacera

Al subir de tono las palabras, Claudio y sus hijos Juan Manuel, Juan Antonio, Candelario, Raúl, Catalino, además sus sobrinos, Bartolo, Saúl,  Cirilo, Inés y Feliciano, ingresaron a la casa y sacaron armas de fuego, la mayoría rifles.

Luego empezaron a disparar contra el propio Antonio, intervinieron en su defensa sus hijos Alfonso, Víctor, Joaquín y Jeovany, pero también les tiraron y estos se defendieron.

Al final de la balacera, que duró varios minutos, quedaron heridos Claudio y su hijo Juan Manuel, y por el lado de su compadre Antonio, falleció este, así como sus hijos Alfonso y Víctor, de 27 y 23 años, en tanto que  heridos quedaron Joaquín y Jeovany.

A los heridos de uno y otro bando los trasladaron al Hospital General 450, donde ya en la madrugada del día 13 murió el señor Braulio.

Por lo que respecta a Joaquín y Jeovany, el personal del nosocomio los atendió durante dos meses, ya que quedaron muy graves y el día 15 de febrero los dieron de alta.

Al considerar que Antonio y sus hijos fueron atacados arteramente por los Flores, los que quedaron de la familia Sarabia presentaron la denuncia ante el Ministerio Público, dieron nombres de los agresores, pero no se hizo justicia.

Los sobrevivientes a prisión

Por lo que respecta a Joaquín, en el año 2016 lo acusaron de asesinar a Raúl Flores González y lesionar al hermano Catalino Flores González.

Al año siguiente, lo señalaron de matar a balazos a la señora Modesta Ruiz Alemán, y que también hirió a una menor de edad, por lo que luego de las denuncias, el juez emitió mandato judicial y la policía investigadora lo buscaba.

Sin embargo, acusado por un delito federal, lo detuvieron y remitieron al Centro Federal de Reinserción Social (Cefereso) número 14, de Gómez Palacio, Durango.

Es ahí donde ejecutaron las dos órdenes de aprehensión que tenía pendientes por los homicidios anteriormente señalados.

Por lo que respecta a Jeovany, lo acusaron de asesinar a Enrique Valles, que era consuegro de Claudio, pero resulta que el día que lo mataron, ellos dos platicaban y hasta el muchacho también resultó herido.

Cuando falta muy poco para que se cumplan los ocho años de esa matanza, la familia Sarabia Ávila exige por este medio a las autoridades que se investiguen bien los casos y se castigue a los responsables, pero a todos, no solo a los de un lado.