Análisis de altura… “Abrazos, no balazos” ¿fue realmente una estrategia?
13/05/2024 - Hace 6 meses en Durango EstadoAnálisis de altura… “Abrazos, no balazos” ¿fue realmente una estrategia?
Por: Eduardo Ortega Solano
La estrategia en seguridad del Gobierno de la Cuarta Transformación se pudiera resumir en la frase “Abrazos, no balazos”. El presidente ha asegurado que se han tenido buenos resultados, pero que existe un nado sincronizado entre la oposición y algunos medios de comunicación para desinformar. En la retórica de los discursos de Xóchilt Gálvez, en su campaña rumbo a la presidencia de la República, es fundamental asegurar que en este Gobierno los abrazos también han sido para los criminales, aunque AMLO nunca a dicho textualmente tal cosa. Desde finales del sexenio de Felipe Calderón, ya había asegurado que su Gobierno no propiciaría una guerra, que apostaría por los programas sociales para alejar a los jóvenes de la delincuencia, además de dejar de criminalizar a los consumidores de drogas.
La frase “Abrazos, no balazos” pudiera tener cierto romanticismo para algunos, mientras que para otros es abominable. En lo personal me parece desafortunada y generadora de una polémica innecesaria, a menos que esto sea parte de la táctica de quien habita Palacio Nacional. Sin embargo, pienso que esta sentencia surgió de forma fortuita. En el mes de mayo del 2018, dentro del entorno del segundo debate presidencial, Jaime Rodríguez (El Bronco) candidato independiente, le pidió a López Obrador que le diera un abrazo a José Antonio Meade: “Andrés Manuel, dale un abrazo a Meade, dale un abrazo”, a lo que el candidato de Morena contestó: “Abrazos, no balazos”, al mismo tiempo que le extendió la mano al entonces candidato del PRI, para después hacer lo mismo con El Bronco, paralelamente que decía “¡tendré que cuidar mi cartera!”. No tengo claro si fue la primera vez que AMLO utilizó la controvertida frase, pero estoy seguro que fue cuando comenzó a utilizarla de forma cotidiana.
Nadie pudiera negar que es en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador donde más homicidios dolosos han existido en la historia de México, sin embargo, el porcentaje de muertes ha disminuido. Esta afirmación pudiera ser contradictoria, no obstante que ambas son verdaderas. El número de homicidios se contabiliza de forma sexenal, sin embargo, es necesario contar con los números por año, esto es lo que puede dar el pulso correcto del incremento o disminución de homicidios en el transcurso del sexenio. Es importante entender que el marcador no se resetea al inicio de cada sexenio, el punto de partida es el último año de la administración del Gobierno anterior.
Vicente Fox, durante su sexenio, tuvo un incremento de 1.6 por ciento, dejando a su sucesor una cifra de 10 mil 452 homicidios en el 2006. Calderón Hinojosa tiene en su último año de Gobierno 25 mil 967 homicidios, es decir, un incremento de un 192.8 por ciento. Peña Nieto incrementa esta cifra un 59 por ciento, por lo que entrega el Gobierno a López Obrador con 36 mil 685 homicidios en el 2018. López Obrador presenta, en el 2023, 29 mil 741 homicidios, es decir, una disminución de un 22 por ciento, es importante precisar que antes de llegar a los números finales, estos tuvieron un alza o una disminución sostenida durante el transcurso del sexenio.
No tengo duda de que los programas sociales han influido de forma importante en la baja del índice de homicidios, sin embargo, dista mucho de ser suficiente. Algo está funcionando bien, pero mucho sigue funcionando mal. El domingo próximo viviremos el último debate presidencial, la seguridad es una asignatura pendiente, deberemos estar vigilantes de la factibilidad de las propuestas de los candidatos, prometer no empobrece, nos ofrecerán el oro y el moro, incluso lo que saben que no podrán cumplir.