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Análisis de altura… Lo bueno, lo malo y lo regular del PRI… de Plutarco a  Alito

01/07/2024 - Hace 2 días en Durango Estado

Análisis de altura… Lo bueno, lo malo y lo regular del PRI… de Plutarco a  Alito

Zona de Debate | 01/07/2024 - Hace 2 días
Análisis de altura… Lo bueno, lo malo y lo regular del PRI… de Plutarco a  Alito

Por: Eduardo Ortega Solano

En 1990, el premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa se refirió a México como “la dictadura perfecta” en relación a que el Partido Revolucionario institucional (PRI) llevaba 60 años en el poder replicando y validando un sistema de partido que era propio de una dictadura, pero que no lo parecía, es decir, una dictadura oculta, lo que la convertía en perfecta. En los sesentas se aseguraba que lo que vivíamos en México era una semidemocracia, un término tan ambiguo que puede tener muchas interpretaciones. No se trataba de un gobierno militar, sin embargo, la represión era brutal: cárceles clandestinas, torturas, desaparecidos, movimientos sociales y guerrillas no reconocidas, masacres estudiantiles, guardias blancas y todo lo que implicó la guerra sucia. Esto continuó hasta el sexenio de Salinas, donde los perredistas le atribuyen más de 500 muertos y mil desaparecidos. Además, el poder estaba en las manos de un solo hombre. Y lo más paradójico es que durante los 35 o 40 años que se suscitaron estos eventos pasaron desapercibidos para una gran parte de la población.

De las pocas cosas que coincido con Vargas Llosa es en este concepto. Recuerdo que, a finales de los setentas, en mi paso por el CCH, siendo un adolescente presenté un trabajo respecto al sistema político en México, lo definía como “una dictadura con representación sexenal, además, sostenía que las elecciones eran una farsa”, cosa que hasta ese momento así era.

El PRI nació en 1929 como un partido de Estado, con el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR) con la intención de terminar con los “gobiernos de caudillos” e iniciar con los “gobiernos de instituciones”. Fue fundado por el entonces presidente de la República, Plutarco Elías Calles, cuyo apelativo de «Jefe Máximo de la Revolución» dio nombre al “maximato”, periodo en el que Calles tuvo el control, o por lo menos una gran influencia con los tres mandatarios que le siguieron: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez. En 1938, Lázaro Cárdenas del Río cambia el nombre y funda el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), pero, además, desmantela el aparato político de su antecesor basado en partidos regionales y estatales y propone un gran partido nacional basado en sectores. Hasta ese momento no existían visos de democracia, pues todo seguía basado en el partido hegemónico que fundó Calles. En 1946, siendo presidente Manuel Ávila Camacho, quien por cierto fue el último mandatario de extracción militar, adoptan el nombre de Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El PRI no solo ha tenido cambios de nombre, también de ideología. Ha transitado de la izquierda a la derecha y al centro. Actualmente se definen como centroizquierda, incluso se afiliaron a la internacional socialista, sin embargo, desde el Gobierno de Miguel de la Madrid hasta el de Enrique Peña Nieto, sus acciones de Gobierno son esencialmente  de derecha. Hoy, el PRI se encuentra en vías de extinción porque perdió su vocación, su compromiso social, entre muchas cosas más, sin embargo, no se pudiera entender al México actual, a las instituciones y hasta la democracia sin el PRI. Hoy por hoy… es el único partido que forma cuadros hasta para su oposición, los miembros de la corriente democratizadora fueron actores fundamentales en la creación del PRD, y a la postre de Morena.

Se prevé que, el 7 de julio, el PRI celebre su 24 Asamblea Nacional, donde después de tener asambleas municipales y estatales, llegarán militantes y dirigentes de todo el país con propuestas de cambio de rumbo, de estatutos, de plataforma política, de principios, hasta de colores y nombre de este instituto político. ¿Será mero gatopardismo donde todo cambiará, menos el dirigente nacional? ¿O un ejercicio democrático en busca de volver a ser una alternativa, redefiniendo el rumbo y volviendo a los orígenes? ¡Muy pronto, lo sabremos!

 

 

 

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Eduardo Ortega

Analista Político , Director de @PContrapuntos, Editorialista en Lobos cadena 7 y periódico Órale qué Chiquito, invitado frecuente en TV y radio UJED.

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