Análisis de Altura… Presidenta se escribe con “A”
19/08/2024 - Hace 3 meses en Durango EstadoAnálisis de Altura… Presidenta se escribe con “A”
Por: Eduardo Ortega Solano
Fue Claudia Sheinbaum la única oradora, pero acompañada dijo a la distancia, en el evento que se llevó a cabo en el Teatro Metropolitan. En su discurso aseguró que la Cuarta Transformación abrió la puerta para todas y todos los mexicanos y abrió la puerta también para todas las mujeres mexicanas, a todas ellas les digo llegamos juntas. Así como decimos jueza, abogada, científica, ingeniera, hago un llamado a que digamos “presidenta”, así con “A” porque como nos han enseñado lo que se nombra existe y lo que no se nombra no existe, y hoy con mucho orgullo podemos reivindicarlo.
En México, en nuestra corta existencia como República, en el transcurrir de 200 años en 65 ocasiones han sido hombres los que han sido elegidos para ostentar la máxima magistratura en nuestro país. Además, que fue hasta 1953 que se plasmó en la Constitución el derecho de la mujer a votar y ser votada, siendo en las elecciones de 1955 que la luchadora social Elvia Carrillo Puerto se convirtió en la primera mujer que ejerció este derecho. Pero habría que precisar que, gracias a una reforma de avanzada en la Constitución del estado de Yucatán, Elvia Carrillo ya había ocupado un escaño como diputada en la legislatura local en 1923.
A nivel federal, fue Aurora Jiménez Del Palacio, de Baja California, la que hizo historia al convertirse en la primera mujer en ocupar un escaño en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, precisamente en las elecciones de 1955. Sucedió hasta 1964 que María Lavalle Urbina, destacada abogada y jueza se convirtió en la primera mujer en el Senado la República por el Estado de Campeche, quién también logró ser la primera mujer presidenta de la Cámara de Senadores. En 1979, el estado de Colima se convirtió en la primera entidad federativa en tener una mujer gobernadora en la persona de Griselda Álvarez.
Respecto a la presidencia de la República, en muy pocas ocasiones los partidos políticos postularon a una mujer como candidata, y cuando lo hicieron se quedaron muy lejos de ser para el electorado una verdadera opción. La primera candidata presidencial fue la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra, en 1982 y posteriormente 1988, en ambas ocasiones postulada por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Como comentario al margen agregaría que López Obrador votó por ella en el 2006, 2012 y 2018. El Partido del Trabajo (PT) llevo como candidata a Cecilia Soto en 1994 obteniendo una votación inferior al 3%. En 1994 participó como candidata del Partido Popular Socialista (PPS) Marcela Lombardo Otero, hija del mítico Vicente Lombardo Toledano fundador de este partido. En el 2012 la candidata oficialista Josefina Vázquez Mota, quedó en tercer lugar con tan solo un 25% de la votación, quien después, acusó al entonces presidente panista Felipe Calderón de abandono y traición. Pero fue el mismo ex presidente Calderón, quien después de haber fracasado en la formación de su partido, impulso bajo la figura de independiente a su esposa, Margarita Zavala, quien a la postre pare evitar hacer un ridículo mayor prefirió abandonar la contienda.
Es indudable que las oportunidades para las mujeres en el ámbito político, han crecido de una forma exponencial, pudiéramos asegurar que hoy existe una verdadera equidad e igualdad. Sin embargo, no se puede soslayar que esta se ha dado de una forma artificial, gracias a las acciones afirmativas, la equidad de género, los bloques de competitividad, entre muchas reglas más, sin embargo, el ánimo patriarcal, el machismo, la misoginia aún prevalece. Una verdadera democracia se logrará cuando la selección y elección de candidatos nada tenga que ver con el género.
Por eso es tan importante el triunfo de Claudia Sheinbaum, no solo es un triunfo de las mujeres, también de los hombres, y de cada uno de los mexicanos. En este proceso electoral se rompió “el techo de cristal”. No fue su condición de mujer, lo que le dio la candidatura a Claudia, como tampoco su condición de mujer lo que le dio la derrota a Xóchitl. Los mexicanos no elegimos un hombre o una mujer, estuvo en juego un proyecto, hoy no importó el género.