Por: Ernesto Llanos

Sin duda alguna, tomar acciones en favor de salvaguardar el agua, es una de las tareas más importantes en la búsqueda de impulsar la prosperidad, armonía y bienestar para todos.

El acceso limitado del agua potable, el cual se ha agravado a mayor velocidad en la última década, representa un riesgo directo e impacto irreversible para la salud pública y la seguridad alimentaria. Por lo tanto, la actividad económica de las comunidades está sujeta a la disponibilidad del agua con la que cuentan.

Ignorar esta problemática representaría graves consecuencias para la población. En México ya se experimenta los efectos negativos de la falta de agua. Las 210 principales presas se encuentran al 50 por ciento de su capacidad, especialmente las regiones centro y norte del país han vivido escasez debido al aumento de las sequías. Siendo los estados que más la padecen: Durango, Chihuahua y Coahuila. Y en segundo orden: Nuevo León, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes y Guanajuato. En Durango nuestro territorio se encuentra en un 100 por ciento de sequía.

Recordemos que esta es uno de los fenómenos naturales más devastadores para el sector agrícola y ganadero, lo cual afecta gravemente el acceso alimentario, aumentando los costos y, en casos extremos, puede obligar a la población a abandonar sus hogares y migrar a otro destino, incluso en algunas regiones provoca la muerte de personas y de animales.

Los municipios de Tamazula, Canelas, Santiago Papasquiaro, Topia y Tepehuanes han presentado condiciones de sequía extrema más prolongada.

En 2011, por ejemplo, Durango acumuló 19 meses sin recibir lluvia, murieron 100 mil cabezas de ganado, 450 poblados no tenían agua ni para beber, las presas estaban prácticamente secas y mil 500 comunidades rurales quedaron afectadas. Además, se perdieron 120 mil hectáreas de maíz y poco más de 200 mil de frijol, afectando principalmente a nuestros campesinos.

Uno de los grandes beneficios de la administración adecuada del agua es eficientizar los lazos entre las comunidades. Durante el año 2020, la producción agrícola en nuestro estado en la modalidad de riego y temporal tuvo un valor de 8.1 miles de millones de pesos.

Son 12 los municipios que concentran el 80 por ciento del valor de la producción. En cuanto la modalidad únicamente de temporal, los municipios de Cuencamé y Guadalupe Victoria concentran casi un tercio del valor de la producción.

Por otro lado, el 86 por ciento del valor de la producción pecuaria se concentra en 5 municipios: Gómez Palacio, Tlahualilo, Mapimí, Lerdo y Durango.

Como efectos de la sequía de 2011, los estados de Sonora, Chihuahua y Durango fueron los que más superficie afectada por incendios. Del total de hectáreas afectadas, estos tres estados concentraron el 51.2 por ciento de la superficie incendiada. Para el estado de Durango, esta situación es de especial importancia ya que la economía depende en gran medida del sector forestal, siendo Durango la entidad con mayor producción forestal maderable

Por ello es importante tomar acciones que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático, hacer conciencia en la necesidad de mayor plantación de árboles, fomentar la agricultura sostenible de consumo, el empleo de riego por goteo, la rotación de cultivos, así como el uso de variedades resistentes a la sequía y una regulación eficiente del agua.

El derecho humano al agua es un compromiso con la sociedad. Actualmente, desde el Gobierno de México se trabaja en Durango por la construcción de una Planta Potabilizadora de la ciudad capital, estimado en 1,150 millones de pesos.

Mientras que, en La Comarca Lagunera, el agua para consumo humano rebasa la concentración de arsénico lo que resulta muy contaminante, por lo que hay una inversión federal de 14 mil 793 millones de pesos en el proyecto de Agua Saludable.

Una obra con gran dimensión social, que abarca cinco municipios de Coahuila y cuatro de Durango.

Se trata de grandes avances que ayudan a garantizar el servicio básico de agua potable a la población de Durango. Recordemos que, ante importantes retos, mayores oportunidades para impulsar el progreso de obras que garanticen la seguridad hídrica y alimentaria de México.

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