Por: Juan Francisco Arroyo Herrera

El sorpresivo ataque de Hamás a Israel el sábado 7 de octubre le dolió en el alma, desde luego, al pueblo de Israel, pero particularmente al primer ministro, Benjamín Netanyahu, que sintió ofendida su dignidad y el prestigio que había acumulado durante mucho tiempo su agencia de inteligencia el Mossad. Cuando se recobró del intempestivo movimiento palestino, indignado anunció que su respuesta acabaría con los asentamientos del enemigo en la franja de Gaza e hizo alarde del poderío bélico y la bóveda espacial que como defensa tienen para interceptar los misiles de los agresores. en efecto muchos fueron derribados antes de alcanzar sus objetivos.

Benjamín optimista esperaba que todo el planeta se volcara en manifestaciones de apoyo a sus discursos y acciones. Reprochó a los gobiernos que no se pronunciaron abiertamente a su favor. Entre ellos está  México, que en voz de Andrés Manuel López Obrador invocó el acogimiento de nuestro país a la Doctrina Estrada, que preconiza la no intervención en asuntos que solamente competen a los pueblos y a sus ciudadanos. Iracunda, la embajadora de Israel apareció ante los medios denostando la firmeza del mandatario.

Pero tanto se ha alejado Netanyahu de su pueblo que le pasó de noche lo que iniciara como una presunción que ha ido cobrando veracidad al transcurso de los días. Esto es que en la ofensiva de los palestinos se tuvo la subrepticia participación de habitantes judíos. Hastiados de la intolerancia con que se gobierna, recurrieron a sus vecinos para acelerar un movimiento que termine con la gestión del altanero personaje. El fin de semana en Nueva York, miles de judíos caminaron por sus calles y se plantaron para desdecir a Benjamín y exponer al mundo no estar de acuerdo con la guerra, lo que hace suponer que sus días están contados al frente del lejano país.

Lo anterior nos lleva al análisis de otro fenómeno ocurrido este domingo en suelo americano. Para ser más específicos, en Argentina, y es que el alienado de Javier Milei daba por hecho que alcanzaría la presidencia llevándose por delante a sus adversarios: el peronista Sergio Massa y a la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, y nada. Con un margen no tan grande, quedó por debajo de Massa, que obliga a que el próximo noviembre, en otra vuelta, se defina quién será el preferido por los habitantes del país de la Patagonia.

En anteriores entregas hemos sostenido cómo los políticos se aferran a viejas tradiciones propagandísticas para ganarse la simpatía de los electores y no toman en cuenta incidencias que campean en las sociedades modernas e influyen poderosamente en la dinámica social, siendo una de ellas las redes sociales en sus diferentes plataformas. Segundo a segundo llevan a todos los rincones comentarios, artículos, noticias, videos y una gama de productos que a querer y no despiertan mínimo la curiosidad de los veedores y profundizan en el análisis de lo que reciben.

A la postre, esos mensajes los lleva a una toma de decisiones. Estas pueden ir desde la compra de un producto para el hogar hasta decantarse por un artista, un líder, un viaje, etcétera, por tanto, no cabe duda de que Milei se vino abajo cuando irreverentemente profirió una sarta de adjetivos injuriantes al Papa Francisco, más considerando que es argentino y como tal, aunado a su ministerio, ofendió a la comunidad cristiana. En el caso de Benjamín, su error es tomar una precipitada decisión, allanando la voluntad de los Israelíes.