GREGUERÍAS GREGARIAS

POR: JUAN FRANCISCO ARROYO HERRERA
A lo macho, para estar acorde con el tono chihuahuense y duranguense, la guapa Andrea Chávez Treviño, fue tocada por la mano misma de la Virgen y es toda una dechada de virtudes. Ya lo dije, pero lo repito, es guapa, joven, abogada, senadora con apenas veintiocho años de edad la más joven y mejor oradora del senado de la República; claro está, por el lado femenino, ya que del masculino lo es hoy por hoy don Gerardo Fernández Noroña, manque les pese y se les retuerzan los entresijos a sus detractores, que abundan por cierto.
La bella Andrea es candidata natural a la gubernatura de la vecina entidad y verdad de Dios que se la va a llevar, de mí se van a acordar. En ese afán recorre, aunque ya lo hizo varias veces, las tierras norteñas, llevando ayuda a sus paisanos en el ramo de la salud y otras carencias que tienen particularmente los habitantes de las altas montañas que componen su orografía. Pero, ¡hete ahí!, que la contumaz adoradora del dios Baco, María Eugenia Campos Galván actual mandataria, mejor conocida en el bajo mundo de la política como Maru Campos, puso el grito en el cielo y denunció actos anticipados de campaña que obligaron cometario al canto de la compañera Claudia, cuando le fueron con el chisme a la Mañanera.
Ya se los dije una vez y juro por esta no repetirlo, pero por tratarse de la tocaya del camarada Andrés Manuel me voy a avocar al tema. Fíjese bien. Un viejón sea de aquí, de allá o de más allá, deja su testamento. El más perverso de sus hijos se da cuenta de que ya se armó la machaca. Pretende, se le entregué su parte y se apersona con el juez competente por razón del territorio y lo primero que le pregunta el preclaro funcionario judicial es: “Tu padre ya entregó su alma al creador”; no, le dice él pretenso, está vivito y coleando. “Entonces, mijo, le advierte el judicante, espera que fallezca el buen hombre, pues hasta que eso suceda se abre la herencia y tendrás que denunciar el juicio sucesorio testamentario”.
Este pequeño detalle es lo que mis admirados, Eduardo García Máynez y Rafael Rojina Villegas denominan “Supuesto jurídico”, que al mismo tiempo definen como: “Hipótesis de cuya realización depende, operen las consecuencias establecidas en la norma”. Un poco más en español. El código dice que a la muerte del de cujus, testador o autor de la herencia, como usted lo escuche más bonito, se inicia el juicio sucesorio. O sea, que la apertura depende de que el cristiano exhale su último suspiro.
Es lo mismo. Cómo es posible que a la simpática Andrea la acusen de “actos anticipados de campaña”, si ni siquiera han empezado las campañas; es más, ni siquiera se avizora el proceso electoral. Luego, es absurdo endilgarle semejante falta y lo peor es que emboleten en la cuestión a la señora Claudia, que desde luego está dispensada toda vez que ella es científica y no leguleya. Lo que le comento, para muchos, pueden ser “triquiñuelas de abogadetes”, que con eufemismos, circunloquios y monólogos cantinflescos pretenden confundir a la humanidad. Pero no, señores, los razonamientos hechos con anterioridad los hacen quienes están adentrados en la Filosofía del derecho y de ninguna manera es un juego de palabras. Más como a la hora de la hora todo mundo es médico, ingeniero, abogado, osadamente emiten juicios que son falacias puras,
Andrea, cuya inteligencia se capta a las claras, por esto mismo es institucional y con seguridad se ajustará al comentario de la presidenta con A, pero si yo fuera cercano a la potencial gobernadora le sugeriría que le siguiéramos de frente, porque aquí y en china, en sus quehaceres no existe ni un ápice de acto anticipado de campaña, por una sola razón: legalmente, electoralmente, no hay campaña. Cuando se abra el proceso electoral, entonces sí se emiten las reglas conforme a las cuales se desarrollará la contienda, mientras tanto a los odiadores de la política se les dice: ¡Tengan changos, su virote!