Greguerías gregarias

Por: Juan Francisco Arroyo Herrera
Todavía en el ocaso de los cincuenta y el amanecer de los sesenta, las estaciones radiodifusoras de Durango suspendían sus programaciones musicales en Semana Santa para dar paso a melodías no sacras, pero sí interpretaciones orquestales de los grandes compositores de todos los tiempos. Así, desfilaban Beethoven, Mozart, Haendel, Vivaldi, Bach, Chopin, Wagner, Brahms, Schubert Tchaikovski, Mendelson, Liszt, Verdi y muchos otros.
En el catecismo se nos dijo que el Domingo de Ramos es la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén. El Lunes Santo es la unción de Jesús en casa de Lázaro; Jesús expulsa los mercaderes del templo de Jerusalén. El martes habla con sus discípulos sobre la traición de Judas y las negaciones de San Pedro. El miércoles, Judas Iscariote traiciona y vende a Jesús con el sanedrín por 30 monedas de plata. El jueves es el lavatorio de los pies y la última cena, eucarístia y oración de Jesús en el huerto de Getsemaní, donde Jesús es traicionado y arrestado. El viernes es llevado a prisión y a rendir cuentas a Caifás y Poncio Pilato. Viene la flagelación como castigo y la Corona de espinas, para dar paso al Vía crucis, su crucifixión y sepultura. El Sábado Santo o Sábado de Gloria; la soledad de María y Víspera de Pascua. El domingo de Pascua o Domingo de Resurrección, que sucede al tercer día. Ese Fue el iter criminis de judíos y romanos que escuchábamos los chiquillos en boca de abnegadas monjas, en la iglesia del lugar.
Entre tanto, afuera en las calles, convencidos cristianos se encaminaban a la liturgia a cargo del cura, que procedente de Antonio Amaro se dirigía ya a Carrillo Puerto, ya a Rodríguez, ya al Dos de Abril y demás pueblos de Guadalupe Victoria para cumplir con su ministerio y organizar todos los oficios religiosos. En el rubro mundano “Verardo”, que seguramente era su apreciativo, en paralelo alistaba su fiel borrico, con el que haría su peregrinar al grito de “Pan pa judas” que depositaba en las quilihuas que disponía en su “Rocín”. El sábado al mediodía, dadas las doce del día, procedía a la ejecución de judas, personificado en un grotesco monigote que volaba en pedazos al sonar los “Bombillos”. Un poco antes en un sonido local se daba lectura al testamento, dejado por el traidor, y no era otra cosa que las que las sentencias que se imponían a los que se pasaron de la raya durante el año. Eran versos bien rimados, que al paso del tiempo cayeron en ingeniosos albures.
En cuanto judas pasaba a peor vida, empezaba la música, la Gloria ya estaba abierta. Lo mismo que en Navidad, en Semana Santa las grandes disqueras RCA Víctor, Peerles, CBS, después DLV, Norteño y Del Bravo, preparaban lanzamientos en diferentes géneros musicales, particularmente “Rolas” bailables, la temporada lo ameritaba. Quizá uno de los corridos que más impactó fue “El Moro de Cumpas”, en la voz de Gilberto Valenzuela. En él Leonardo Yáñez “El nano” cuenta las incidencias en la carrera de “El Moro” de Pedro Frindres del pueblo de Cumpas y el “Zaino” de Rafael Romero. Al final, Leonardo pide disculpas y da su veredicto y a todos pide disculpas; puesto que acabó con las dudas: Ganó el Zaino de Agua Prieta y perdió el Moro de Cumpas ¡Que belleza!, aún Estaban muy lejos los narco corridos.