Panistas y priistas decentes, no batallen, saquen a patadas a Marko Cortés y a Alejandro Moreno, es la única forma en que estos bribones entiendan
17/06/2024 - Hace 6 meses en Durango EstadoPanistas y priistas decentes, no batallen, saquen a patadas a Marko Cortés y a Alejandro Moreno, es la única forma en que estos bribones entiendan
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
«¡Basta ya, payaso, inepto, incompetente, perdedor!», gritaron cientos de miles de militantes priistas y panistas que tomaron las oficinas centrales del partido exigiendo la renuncia de Marko (con Ka) Cortés y Alejandro (Alito) Moreno para lo único que han servido es para desprestigiar a los partidos políticos a los que pertenecen. Ni Santos Degollado, al que le decían el rey de las derrotas, perdió tantas batallas como este par de bribones que desde la oposición seducen a la gente desesperada, engañándola con facilidad con una oratoria de charlatán de feria, prometiendo lo que saben nunca podrán cumplir. El espectáculo que han ofrecido en cuanto mitin político participan, además de sus continuas burradas, -perdón, declaraciones-, son más que bochornosas. Su estilo de conducirse errático y ostentoso ha disgustado y avergonzado a millones de mexicanos. La mezcla de paranoia, grandilocuencia y alarde son características de este par de pillos que hasta notarias negocian a cambio de sacar ganancia personal.
Dicho de manera decente, Marko (con Ka) Cortés y Alejandro (Alito) Moreno carecen de honorabilidad, pues han movido todas las cuerdas políticas de manera equivocada. Desde que entraron al mundo político, los escándalos y las derrotas los han perseguido. Este par de hampones electorales son individuos de actitudes poco corteses, adictos a las poses y a los discursos plagados de tarugadas e incongruencias. Desde el primer día de su llegada a la presidencia de sus respectivos partidos, este par de jumentos se ha encargado de enfrentarse con sus propios correligionarios, a grado tal de que los expulsan del partido, como si eso fuera la solución al lenguaje y comportamiento soez que han tenido. Bien reza el dicho: «Dios perdona el pecado, pero no el escándalo», y este par de rufianes han colmado la capacidad de aguante de buena parte de los militantes, afiliados y simpatizantes de los partidos fundados por Manuel Gómez Morín y Plutarco Elías Calles.
La permanencia de Marko (con Ka) Cortés y Alejandro (Alito) Moreno en la presidencia de sus respetivos partidos se ha convertido en un verdadero problema, pues cuando te dicen que eres incapaz e inepto es porque algo no anda bien. “Alito” Moreno está convocando a una serie de foros, mesas de diálogos, dizque para para refundar, reconstruir y organizar el partido, patrañas, es como si el lobo es candidato a un cargo y les promete a las ovejas que si votan por él se va a volver vegetariano. El otro Marko (con Ka) Cortés, un individuo patético que verlo y escucharlo no despierta la más mínima emoción e interés, dice muy orondo que se va a ir cuando se lleguen los tiempos y estatutos de su partido, ni su mamá se lo cree. Qué tiempos aquellos de Carlos Castillo Peraza y de Don Luis H. Álvarez. Cómo es posible que con el nivel de incompetencia que caracterizan a Marko (con Ka) Cortés y Alejandro (Alito) Moreno, sean los que mandan y deciden absolutamente todo al interior del PRI y del PAN.
Acaso no se dan cuenta los panistas y priistas decentes de a deveras que el campechano y el michoacano son nocivos y perjudiciales para ustedes mismos, ya no se diga para el país, a menos que para las huestes de Reyes Heroles y Efraín González Luna, la incompetencia de sus dirigentes nacionales sea percibida como fenómeno normal, hecho inevitable y anecdótico, materia de entretenimiento o simplemente tema de conversación, entonces que se aguanten. La relación entre estupidez y vanidad se ha descrito como el efecto Dunning-Kruger, según el cual las personas con escaso nivel intelectual y cultural tienden sistemáticamente a pensar que saben más de lo que saben y a considerarse más inteligentes de lo que son. Es el caso de Marko (con Ka) Cortés y Alejandro (Alito) Moreno, su incompetencia les impide darse cuenta de ello. No hay otro remedio que sacarlos a patadas. Esta fácil, compren un kilo de blanquillos, únanse, sáquenlos a patadas de sus oficinas, solo que les guste seguir siendo la burla de un par de ineficaces que los estafan y engañan en sus propias narices… si es así, entonces no hay nada que hacer.
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