Cultura

Un día en la historia de Durango… Los juegos infantiles

05/04/2020 - Hace 4 años en Durango

Un día en la historia de Durango… Los juegos infantiles

Cultura | 05/04/2020 - Hace 4 años
Un día en la historia de Durango… Los juegos infantiles

Un día en la historia de DurangoPor: Pedro Núñez López

No cabe duda que recordar es volver a vivir, en este encierro provocado por la cuarentena que estamos viviendo y en lugar de estar viendo TV o sin hacer nada me puse a hacer cosas en casa, para mantenerla limpia, confortable, poder vivir a gusto y bien, he aprendido a hacer muchas cosas que nunca había hecho y mientras lo hacía fui recordando muchas etapas de mi niñez y de los múltiples juegos que se cruzaron por mi camino, tuve la fortuna de jugar con los amigos, hermanos, primos y tanta gente que mencionarlos sería demasiado pero mi agradecimiento eterno por darme un breve espacio en su vida.

Los invito a recordar nuestros juegos infantiles con los que más nos divertíamos y eran nuestros favoritos, dentro de los recuerdos que brotan en mi memoria y que comienzan en aquel jardín donde se ubicaba el monumento a Don Álvaro Obregón en las esquinas de Hidalgo, Felipe Pescador e Independencia, ahí jugamos todo el día con mis hermanos, amigos o primos, además de los ayudantes de papá, pues este tenía un negocio de reparación de radios, televisiones, planchas y muchas cosas, él era un radiotécnico bueno ya que asistían todos los choferes de las rutas a que les pusiera un radio en el coche para evitar aburrirse y traer algún ruido en el mismo y que entonara bien, pues bien nosotros como niños estábamos a la espera de la tarde para salir a jugar al jardín y había mucho de que jugar, recuerdo que los grandes traían un carrito de baleros en una tabla y lo hacían estilo patineta o avalancha, no había para comprar una, nuestros padres no podían hacerlo más los ayudantes de papá, Saul y Víctor nos elaboraron uno con los baleros que quedaban en el taller y que ya no tenían un uso en el mismo y con eso nos daba la oportunidad de competir con los demás aparte de que teníamos el taller a un lado por si se salía alguno de los baleros o se quebraba la tabla o las guías de la dirección.

También con mis hermanos y hermanas jugábamos a los encantados, la matatena, al bebe leche, la rueda de San Miguel y la quemada. Ésta última la jugábamos en la parte de atrás del monumento a Don Álvaro y ahí nos reuníamos todos los chicos del barrio, uno ponía un guante, otros el bate, y varios las pelotas que no eran otra cosa que trapos alrededor de una piedra o esfera de metal para efectuar los swings o los estraikes sino hasta el jonrón.

Luego había aquel juego llamado chinchi lagua, que consistía en que todos los niños hacíamos grupos de juego y al que perdía el bolado le tocaba ponerse de burro en fila y el otro grupo a brincar para caer en las espaldas de los que estaban agachados hasta que ya no soportaban el peso y se intercambiaba el lugar para que fuera parejo.

Otro juego que también deleitaba nuestra niñez era aquel de la guerra que decía, «declaro la guerra a»… Era tan divertido que los recuerdos están en mi mente como si los estuviera en aquellos años, no sin olvidar el trompo, el yoyo, las cebollitas, a don Martín tililin tililin, a brincar la cuerda, la liga, si no teníamos para comprar ligas o resorte la hacíamos con la medias rotas que ya no usaba mi santa madre o el chicote también, un juego mas también era el bote pateado, así como el balero, las canicas, el fut en la privada de Felipe con mis amigos los Romo. Mis hermanas jugaban a Doña Blanca y sus pilares o a las estatuas de marfil, Naranja Dulce, el Hula-hula, a los listones y ahí viene el Lobo con la vieja Inés y lobo estás ahí, también al cinto escondido, Los anuncios cuando Papá nos llevaba al centro los leíamos, así como también a las chinchitas que eran aquellos carros que al verlos dabas un pellizco o coscorrón cuando veías un Vochito decías… Chinchita roja.

La víbora de la mar, la roña…uuuuuh! como nos divertíamos, había otro juego que era con unos palos de madera, estos dos palos y un agujero en la tierra, un palo se ponía sobre la tierra y con el otro lo lanzabas y luego tenían que regresar el palo que aventabas al agujero si caía en el agujero perdías y si no seguías, ahora le tenías que dar un golpe al palo y después pegarle al palo poniendo el otro en el piso etcétera.

Tin Marín de don pingue, la manta jolina, a la botella, otro juego era aquel de la vuelta a la manzana, (cada corredor salía en sentido opuesto) y los «jueces» esperaban en el punto de partida para decretar al ganador, Canicas en varias formas, Serpientes y escaleras y la traes.

A mi me gustaba jugar concorcholatas (cascuichas), volteándolas al revés ganabas, me gustaba cuando llovía para meterme a los charcos con huaraches y corría alcanzarlos,  jugaba con mama y mis hermanos a la lotería

Jugar a Cero cero la viejita del basurero, el juego de la viejita este consistía en que se ponía a alguien para brincarlo y todos lo tenían que brincar diciendo las frases de cada número sin equivocarte, el que se equivoca se pone para que lo brinquen aguantando todos los castigos de cada frase, empezaba cero cero la viejita del basurero, uno yo y bruno, dos patada en el cox, tres que te pela Andrés etcétera. Así hasta el 16 y recuerdo que de ahí hasta inventábamos frases estaba muy lindo ese juego. Otros juegos también eran los elefantes en la telaraña, los colores, pin-yex, volados, liga, trastecitos, muñecas, al super, a las «misses», a juguemos a cantar, Jugando el patio de mi casa y la pájara pinta, chinchin el que se raje , resistencia, piñata (de a mentís), ahhh! y en los cuadernos: al gato, al entripado, timbiriche, recortar muñecas de papel, colorear, vaya que si estábamos ocupados jugando con amigos y nuestra imaginación

Lamentablemente todo se acabó porque a nuestros hijos no les interesa este tipo de juego hoy en día todo es el celular, la tableta o juegos electrónicos, ya nuestros hijos no tienen la libertad ni nosotros la paz de dejarlos salir por lo que se ve. Y solo que la nueva generación no los conoce, es nuestro deber enseñarles, dedicarles tiempo y controlarles lo electrónico.

¡Que hermoso es recordar! Tantos juegos que jugamos por la tarde noche muchos de nosotros a lo mejor tuvimos los horarios de la escuela por la mañana y por la tarde después de cenar lo que había frijoles y una taza de café o te o si sobraba de la comida

Pero lo más bonito de todos esos juegos era, que se jugaban sin malicia y con mucha camaradería. ¡Bellos tiempos aquellos! Y sí… Éramos pobremente felices. Al menos yo sí, y es que no se necesitaba dinero para ser feliz, Solo los amigos de la cuadra, y a jugar.

Texto. Pedro Núñez López. Imágenes obtenidas en el Grupo Durango Antiguo del Facebook.

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