Cultura

Un día en la historia de Durango… las salas de cine

22/06/2019 - Hace 6 años en Durango

Un día en la historia de Durango… las salas de cine

Cultura | 22/06/2019 - Hace 6 años
Un día en la historia de Durango… las salas de cine

Por: Pedro Núñez López

Aquellos lugares donde se exhibía cine en Durango, aparte de ser un lugar importante en la industria Cinematográfica, contó con grandes salas para exhibir cine, lugares de suma importancia, muy apreciados e históricos y concurridos por la gente de la ciudad.

No hay duda que el llamado “Séptimo Arte” ha sido a lo largo de la historia y hasta nuestros días un estilo de vida en cada una de las personas, es también un constante cambio tecnológico y una muestra visible de su evolución; en las postrimerías del siglo XIX, tanto los hermanos Lumiere, en Francia, como Thomas Alva Edison, con su equipo de técnicos, en los Estados Unidos de América, habían inventado, de manera casi simultánea, con algunas diferencias técnicas y de concepción mecánica y con diferente nombre, sistemas de reproducción de imágenes en movimiento, que genéricamente serían reconocidos como cinematógrafo.

Cabe señalar que el señor Edison mando a Durango para tomar el primer película que se tiene registrada la cual presenta a unas señoras. Lavando ropa en las inmediaciones del arroyo San Vicente, después conocido como Acequia Grande y hoy bulevar Dolores del Río, así como también se realizaron tomas de la corrida de toros aquí en Durango, ambas duran un corto tiempo.

En 1896, Thomas Alva Edison designó en su Departamento de Kinematógrafo a James White, para que se encargara de realizar la producción de películas de cine silente. A mediados de 1897, James White y el camarógrafo británico Frederick Blechynden, iniciaron un viaje de filmaciones, con la ventaja de que las compañías ferroviarias, para obtener publicidad, les ofrecían a los cinematografistas los viajes con todos los gastos pagados. Después de recorrer los Estados Unidos, White y Blechynden llegaron a México, por la vía del Ferrocarril Internacional Mexicano y por el Ferrocarril Nacional Mexicano. En agosto 1897, la entonces última terminal del Ferrocarril Internacional Mexicano era la ciudad de Durango y luego de su arribo, los enviados de Edison rodaron las cinco primeras películas filmadas en Durango: «Wash Day in México», «Train Hour in Durango», «Bull Fight 1», «Bull Fight 2» y «Bull Fight 3».

En la primera película filmada en Durango, «Wash Day in México» (Día de lavado en México, o Lavanderas), se observa a un grupo de mujeres que lavan su ropa en la rivera de la Acequia Grande, a un costado del Paseo de las Alamedas. Al fondo e izquierda, está el puente de Analco. En primer plano se ve a un niño desnudo jugando a un lado de una lavandera. Todas usan rebozo como tocado sobre sus cabezas, a la usanza tradicional de las mujeres durangueñas de los siglos XIX y hasta mediados del XX. Durante el transcurso de la película una de las mujeres se levanta y sacude una prenda de vestir. Una pareja y un perro cruzan al fondo. Un paisano está recargado en un árbol y, en la ribera izquierda de la acequia, una alta mujer está de pie, mientras que otra mujer lava en medio de la corriente. Otro filmador que rodó cine silente en Durango, antes de 1910 fue Julio Kemenydy.

La primera película de Cine que fue a Durango, la llevó el Circo Orrin, en 1900. Esta película se llamaba «Asalto a un tren de pasajeros». La presentaba el Circo imitando los ruidos tras de la pantalla. Se simulaba el ruido del tren, la campana y los balazos de los asaltantes. El Circo fue a Durango por primera vez en 1896 y sus carpas se instalaban en la Plazuela de Baca Ortiz. Después, en 1903 fue Mongrand con su Estereopticón Pathe, dando funciones en el hoy Teatro Victoria.

Cobraba 25 centavos. En luneta y presentaba diez películas. Naturalmente películas en que los rollos no eran mayores de 15 centímetros de diámetro. Una película se llamaba: «Llegada de un tren de pasajeros» y su argumento era muy interesante: aparecía allá muy lejos un punto negro y poco a poco iba tomando la forma de un ferrocarril hasta llegar a primer término, eso era todo, pero los espectadores inclinaban sus cuerpos hacia un lado, pues el efecto era que el tren se echaba sobre el público…

Otros nombres de películas: «Ladrones de nidos», «El baño del Carbonero», «Un marido para Cien Mujeres», «Metamorfosis de la Mariposa», entre otras, pero la duración no era mayor de cinco minutos en las más grandes.

Información obtenida del libro “El Cacaro” del autor, imagen obtenida del libro la historia del cine en Durango, de pedro Raigoza Reyna.

 

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