La semana pasada a invitación de la señorita Lupita Meraz y el director de la empresa del Cerro de Mercado el Ingeniero Martin Pablo Quintana Armijo, acudí a las instalaciones del mismo; el motivo de mi visita fue presentarles varias fotografías de antaño referente al cerro de Mercado, ya estando ahí, se planeó hacer una visita al cerro, por supuesto guiados por el mismo gerente de la empresa, una vez en la camioneta iniciamos el recorrido por todas las áreas de extracción del acero, pudiendo constatar las instalaciones, en ese momento sin trabajar debido a la hora en que llegamos, aproximadamente las 18:30 horas del jueves 14 de Octubre, después del recorrido por tres áreas decidimos ir a lo más alto del cerro, llegamos a un lugar en donde existe un altar a la virgen de Guadalupe, el cual cada año se le rinde culto, me comentó el Ing. Que existía un lugar en donde presumiblemente estuvo Gines Vázquez de Mercado, cuando llegamos a este lugar, de donde se obtiene una maravillosa vista de casi toda la ciudad.
Así mismo también comentó que el arzobispo de Durango a inicios de la pandemia oficio una misa en ese mismo lugar dedicada a todos los habitantes del mundo, para dejar atrás esta terrible enfermedad, se colocó una enorme cruz de color blanco, también es ahí cerca donde se pone el arbolillo navideña cada año adornado con grandes luces que se ven desde la ciudad desde cualquier punto de la misma.
Fue maravilloso estar ahí, cumplí un sueño anhelado desde hace tiempo, el subir a lo más alto del cerro, una tarde maravillosa viendo mi ciudad desde donde nunca lo había hecho, la foto tomada por la señorita Meraz lo hace constar.
Sin duda, el cerro es un emblema de la Ciudad de Durango a pesar de que ya ha sido demasiado explotado en la extracción del acero, y que, durante más de diez años, será posible extraer dicho metal, según estudios geológicos.
La tarde caía y se empezaban a ver los últimos rayos de luz, así que regresamos a las oficinas de la empresa en donde presentaría todas las imágenes que llevaba, después del recorrido nos dirigimos a un jardín que se encuentra frente a las oficinas y en donde me mostraron varias máquinas ya en desuso y que se conservan como monumentos del pasado, también dentro de ese jardín existe una enorme lápida que habían encontrado al pie del cerro, tanto el ingeniero,. como Lupita tenía la curiosidad del por qué se encontraba ahí y que además tenían conocimiento de que hubiese existido un panteón ahí mismo pues había más lápidas.
Sin embargo, el panteón si existió y fue conocido por el panteón del colera, existió en los tiempos de la Colonia, la prueba fue que la lápida tenía una fecha de ese siglo XVII en donde menciona la persona que fue sepultada en dicho lugar.