Las proyecciones indican que el hambre seguirá aumentando en América Latina y el Caribe, región donde se encuentra México, según el más reciente informe de la FAO, comentó el analista Juan Carlos Arizmendi; es urgente se sustituyan estrategias para contrarrestar esta tendencia.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que durante 2019, más de 47 millones de personas -de la región mencionada- sufrieron hambre.
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Además, advierte, que este flagelo aumentará dramáticamente en la próxima década; para el año 2030 se calcula que casi 67 millones de personas padecerán hambre. 
Por lo tanto, la realidad es que estamos muy alejados de la meta “Hambre Cero” que impulsa la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el 2030.
El programa “Hambre Cero”, además de buscar la seguridad alimentaria también se fomenta una buena nutrición, principalmente en niñas y niños.
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Desafortunadamente, además de las altas cifras de hambre, también se reporta que el 7 por ciento de la población de menores de cinco años sufren de sobrepeso.
Un factor determinante que detona el hambre y el sobrepeso, enfatiza el especialista, es el alto costo de los alimentos nutritivos; principalmente en esta región.
- América Latina y el Caribe, a pesar de contarse con una importante agrobiodiversidad, es la región más cara del mundo para adquirir alimentos nutritivos y saludables; es un 34 por ciento más cara que el promedio global.
FAO México se reúne con Sader y el CMDRS
La semana pasada se celebró una reunión entre representantes de la FAO en México, funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) e integrantes del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable (CMDRS).
Reunión donde el duranguense Juan Carlos Arizmendi, como miembro del CMDRS estuvo presente.
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En esta mesa de análisis, mencionó el especialista, se observó que a partir del 2014 se veían progresos en los reportes anuales rumbo a la seguridad alimentaria, “es decir, las cifras eran ascendentes”, pero para el 2019 se tuvo una caída y aumenta la inseguridad alimentaria.
Falta conocer el impacto que tuvo la pandemia por la COVID-19 en la producción y acceso a alimentos nutritivos en 2020, pero se anticipa que serán todavía más críticos.
Que tan preocupante es esta tendencia negativa, basta este comparativo: si bien África es el continente con los indicadores más altos de inseguridad alimentaria, es en América Latina donde se tiene un mayor incremento del hambre en los últimos reportes.
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México ha cumplido en la mitigación del hambre a nivel mundial
En el caso de México, el también coordinador de la Comisión de Seguimiento a las Acciones Apoyadas con Recursos del PEC (Cosarpec), Juan Carlos Arizmendi, destaca que el sector agropecuario de nuestro país ha cumplido en la mitigación del hambre a nivel mundial.
“La producción de alimentos continua, se ha evitado que la crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria”, resaltó.
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Sin embargo, considera que hay que reforzar las medidas para que los alimentos no solo continúen llegando a los hogares, sino que además sean alimentos nutritivos a buen precio.
México debe contar con reservas alimentarias y para lograrlo, requiere de nuevos modelos de sistemas agroalimentarios, transformar los ya existentes; porque se debe reconocer que debido a la pandemia estas estrategias se han visto seriamente amenazadas.
Los sistemas agroalimentarios no son el problema, son la solución a los problemas que enfrentamos.
