Por: Nallely Urbina O.
Una crisis como un ataque de ansiedad en un niño con autismo o un infarto en una mascota, son los efectos que pueden causar los cohetes usados para celebrar fiestas y que en Navidad son comunes.
Desde las conocidas como cebollitas, hasta dispositivos potentes como el Hulk, son adquiridos en esta temporada pero qué sucede con personas que viven con una condición como el autismo.
«Como no miden peligros, puede salir corriendo del hogar, soltarse de la mano de su mamá y correr algún riesgo, a parte de las afectaciones orgánicas», indicó Lourdes Romero, presidenta de Autismo Durango, Asociación Civil.
Esto se debe a que algunas personas con discapacidad severa tienen hiperacusia explica Nora Karthe, presidenta de la Asociación de Padres de Hijos con Discapacidad, esto quiere decir que más que miedo sienten dolor.
Para Fernando, el hijo adolescente de Nora, quien tiene el espectro autista, el sonido de un cohete le causa crisis de ansiedad pero también llega a convulsionar.
«Decía un neurólogo que lo atendía, que para él es como si le metieran una bomba en el cerebro y le tronara todas las terminaciones nerviosas en el cerebro, no es que le asusten, es que les duele», refirió la activista.
En este contexto se han realizado campañas de concientización en el país para evitar el uso de pirotecnia, sobre todo la de impacto sonoro, que no solo puede afectar a personas con autismo, también a quienes tienen Síndrome de Down, parálisis cerebral y otros que por su condición médica, ni siquiera pueden manifestar si les molesta o no, destacó Lourdes Romero.
El uso de fuegos pirotécnicos se debate por esto y por los daños físicos que pueden provocar al presentarse un accidente.
En lo que va del año el área de socorros de la Cruz Roja de Durango, ya atendió un caso de quemadura de tercer grado que ocasionó la amputación de un dedo a la víctima.
Por esto, a decir de Nora Karthe, el permitir que niños y adolescentes manipulen pirotecnia debería considerarse maltrato. «Me ha tocado estar en urgencias, ver niños mutilados de sus manos, quemados de la cara, de la espalda; para mí esto es violencia contra los niños».
Las mascotas también sufren
Los humanos no son los únicos que pueden sufrir por los potentes sonidos de los cohetes, las mascotas también son afectadas y en ocasiones corren riesgo de morir.
La veterinaria Alejandra Vidaña, indica que en el caso de los perros, debido a que escuchan cuatro veces más que las personas, pueden presentar taquicardia e incluso podrían morir tras infartos.
«Entonces a veces por diversión de personas de afuera, nosotros llegamos a perder nuestra mascota», dijo.
Hay razas más vulnerables como las pequeñas.
En Navidad y nochebuena son comunes los fuegos artificiales, pero para los niños autistas más que un espectáculo puede ser una tortura.
Tan solo la asociación de Padres de Hijos con Discapacidad, tiene documentado a 48 niños, adolescentes y jóvenes que sufren por la pirotecnia, algunos pueden presentar crisis de ansiedad o convulsiones. 
