Adaptar la agricultura al cambio climático, no todos lo han entendido, expresó el secretario de Desarrollo Rural, Ricardo Navarrete, ante el embate de una sequía extrema y la implementación de acciones este 2024 para reactivar la productividad del campo.
La sequía dejó sin cosecha a miles de agricultores del estado de Durango en 2023, también se vendió mucho ganado antes de que muriera, desde becerros hasta vacas flacas.
El titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR) comentó que se tiene un presupuesto de 400 millones de pesos, más las aportaciones de los gobiernos municipales y los programas del Gobierno de la República.
La suma de presupuestos genera una bolsa importante de dinero para que los campesinos vuelvan a sembrar sus tierras y cuiden de su ganado.
Se estima que en estos primeros meses se entregarán más de 500 millones de pesos para la producción de forrajes y evitar la muerte de ganado, además de contar con la semilla, fertilizante y dinero para sembrar granos básicos como maíz, frijol y trigo, principalmente.
También se tiene una lista superior a las 300 solicitudes para construir bordos de abrevadero, una estrategia que inició en 2023 y está dando buenos resultados; ya se tiene captación de agua y, cuando lleguen las lluvias, se llenarán al 100 por ciento.
Este programa de atención a la sequía coincide con la visión de los campesinos para adaptar sus actividades al cambio climático, es decir, hacer las cosas priorizando el cuidado del medioambiente; para el secretario Ricardo Navarrete no todos han entendido que deben cambiarse algunas costumbres que tenemos arraigadas de muchos años.
«Nada menos ahorita se me acercó una persona a decirme que se le murieron cinco vacas y al preguntarle ¿por qué no las vendió?, el mismo responde: porque uno no entiende».
También los servidores públicos deben entender que el cambio climático requiere de infraestructura hidráulica, no se tiene, hay que impulsar proyectos para ir pasando de una agricultura de temporal a agricultura de riego; incorporar la ciencia porque se necesitan semillas mejoradas que aguantes enfermedades y contingencias climatológicas.
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Por: Antonio Gaytán
