Consecuencia de la sequía se presentaron plagas que no se veían en la región, como la araña roja y la chicharrita, comentó el presidente del Sistema Producto Maíz y Silo (SPMS), Cirilo Soto, en el programa «Aquí hay Campo» de Canal 15, Notigram TV.

• La araña roja es un ácaro diminuto con una alta capacidad de propagación y reproducción, puede infestar plantaciones enteras en pocos días.
• En el caso de la llamada «chicharrita del maíz» (Dalbulus maidis) es una especie de insecto hemíptero transmisor de virus y fitoplasmas que afectan al maíz.

«Los maíces este año, como todos los cultivos, enfrentan problemas por la sequía que propicia ataque de plagas, este ciclo se nos presentaron plagas que no se habían visto en esta región como la araña roja y la chicharrita», expresó Cirilo Soto.

Para combatir estas plagas, los campesinos aumentaron la aplicación de insecticidas y esto elevó los costos de producción, además, por las altas temperaturas se observó que los productos químicos tenían un menor periodo de efectividad.

Es decir, por el intenso calor, los insecticidas no fueron tan eficientes, en años anteriores estos productos daban una cobertura de hasta 20 días, en este ciclo fue de 10 días y había que aplicar de nuevo para controlar las plagas.

Los productores del Valle del Guadiana, como otras regiones cercanas a presas, cuentan con agua para el riego de sus cultivos, sin embargo, por cuestión natural necesitan de las lluvias para un mejor desarrollo; precipitaciones que este año fueron escasas.

En consecuencia, hay una merma en la producción de silo; mientras que, en el caso del maíz de grano, donde se cuidó la nutrición de la planta, se espera una buena cosecha.

Los productores gastaron más para el control de plagas y tendrán menos cosecha, además, el precio de su cosecha ya está establecido en contrato, en consecuencia, se verán afectados en sus ingresos; no fue un buen año tampoco para los cultivos de riego.

• Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) demostró que el cambio climático favorece la propagación de plagas cada vez más destructivas, insectos que amenazan la supervivencia de las plantas y cultivos.

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Por: Antonio Gaytán